Asesinato en el barrio San Isidro: a José Padilla lo tiraron al suelo y lo ahorcaron con el cinto de una riñonera

A medida que pasan los días se conocen más detalles acerca del asesinato de Daniel Padilla (16), a quien estrangularon en una casa del barrio San Isidro, el pasado 11 de junio. Los investigadores judiciales determinaron, en base a los indicios recolectados hasta el momento, que el homicida no lo asfixió manualmente, sino que lo ahorcó con el cinto de una riñonera. Cuando sucedió esto, el adolescente estaba tirado en el suelo.
El albañil Hermido Daniel López (53), novio de la dueña de la casa (19, de la manzana 26) donde ocurrió el crimen, y un vecino del asentamiento, Diego Silva (34), fueron imputados por el delito de “homicidio simple”.
El más comprometido es López, sindicado como autor material del crimen. El otro sospechoso habría ayudado a reducir a Padilla y no habría hecho nada para impedir el accionar mortífero de su conocido.
De los testigos que declararon hasta el momento ante el juez de Instrucción Uno, Marcelo Cardozo, la mitad asegura que la víctima había entrado a robar en la residencia y la otra que en realidad tuvo una discusión en la casa donde había ingresado para comprar una cerveza.
Más allá del motivo por el que llegó hasta el patio delantero de la vivienda, que se develará en el transcurso de la investigación, la violencia en su contra fue desmedida. El muchacho ni siquiera estaba armado.
La familia Padilla, que reside en el mismo vecindario, asegura que el adolescente no cometió ningún intento de robo. Diferente fue la versión de la dueña de la casa (y novia de López), Susana Ramírez, quien aseguró que el chico y unos amigos quisieron llevarse la moto de su “amigovio”.
Ramírez, por temor a represalias abandonó el barrio. Días después, manos anónimas provocaron un incendio en la construcción.
En el barrio, los ánimos siguen tensos.

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