Nutrición: ¿Cuáles son las dietas para adelgazar más peligrosas que hay?

El deseo de bajar de peso de manera rápida nos lleva muchas veces a “probar” ciertos métodos o “dietas” que prometen lograr este objetivo, pero, no obstante, muchas de ellas no tienen una base científica que la avale, pero, sobre todo, que nos garanticen que cuidan a nuestra salud, ya que la mayoría de ellas no contemplan muchos aspectos del funcionamiento normal de nuestro organismo, por lo cual, nunca podría ser beneficiosa de manera integral.

Otro aspecto fundamental que caracterizan a estas dietas es que se realizan durante un periodo de tiempo determinado, eliminan ciertos alimentos de consumo habitual, contienen alimentos que son caros o no se consiguen en estas regiones, no contemplan gustos, alergias o intolerancias digestivas de cada persona, y son muy restrictivas, es decir, prohíben muchos alimentos y aportan muy pocas calorías diarias, lo cual puede provocar daños severos en diferentes órganos y sistemas.

Hoy les quiero contar acerca de 4 dietas que mucha gente suele hacer para bajar de peso y son muy peligrosas:

La dieta paleolítica o “dieta paleo”: Esta dieta está basada en lo que comían nuestros antepasados, cazadores y recolectores, es decir, carne, pescado, frutas, verduras, hortalizas, huevos, frutos secos, semillas, flores y brotes. Excluye pan, cereales, pasta, galletitas, legumbres, aceites, lácteos y dulces.

Lo peligroso de esta dieta es que los cereales constituyen la base de nuestra alimentación, ya que nos aportan la energía necesaria para todas las funciones del organismo. El no consumir aceites implica no aportar ácidos grasos que son esenciales para funciones de suma importancia, como el sistema nervios. Provoca un déficit de calcio por no incluir lácteos y hay riesgos de aumentar el colesterol por el consumo excesivo de carnes.

Dieta sin gluten: consiste en eliminar el trigo, avena, cebada y centeno y sus derivados de la alimentación. No existe base científica que avale este tipo de alimentación para quienes no son celiacos. No nos hace adelgazar. Algunos alimentos de los llamados «sin gluten» son ricos en azúcares y grasas trans, que les son añadidas para hacerlos más apetecibles tras retirar el gluten de su composición, pero que pueden ser más perjudiciales para la salud e incluso cuentan con mayor contenido calórico.

La dieta Atkins: Reduce la ingesta de carbohidratos (fruta, pasta, arroz, legumbres…) al mínimo. Solo están permitidos los alimentos bajos en hidratos de carbono como las verduras seleccionadas y la lechuga y se pueden ingerir tantos alimentos ricos en proteínas y grasas como se quiera, lo que incluye el pescado y la carne, pero también la manteca, embutidos, frutos secos, huevos y aceites en general.La ingesta de tantas cantidades de alimentos de origen animal, aportan al final más cantidad de grasas y, por tanto, aumentan en nuestra sangre los niveles de colesterol, lo que puede derivar en problemas cardiovasculares a corto/largo plazo. El exceso de proteínas puede dañar el correcto funcionamiento de riñón y el hígado, que las metabolizan.

Dieta de la luna: se basa en ingerir durante 24 horas solo líquidos, en concreto, durante la luna llena. La dieta se inicia una hora antes del cambio de fase lunar, tomando agua, y a partir de ahí, los líquidos son lo único que ingiere. Lo cierto es que no se debe practicar el ayuno nunca, solamente en caso de enfermedades o algún estudio específico. Lo único que se pierde con este día sin comer son liquidas, jamás se puede perder grasas por dejar de comer un día. Además, tiene efecto rebote como todas las demás debido a la restricción de alimentos excesiva que luego el organismo debe reponer. Genera ansiedad y debilidad o mareos.

Debemos tomar conciencia de que el sobrepeso y la obesidad son enfermedades que deben ser tratadas con la ayuda y guía de profesionales capacitados para ello, con tratamientos con base científica, que sean adecuados a cada persona, contemplando sus gustos, intolerancias, sus características económicas y sociales, pero sobre todo, sus necesidades nutricionales, de manera que se pierda grasa corporal, manteniendo la masa muscular, sin afectar la salud, al contrario debe mejorar la calidad de vida del paciente.

Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N° 147

 

 

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