Costumbres habituales que perjudican nuestra salud

Muchas veces hacemos cosas sin saber si son buenas o malas para nuestra salud. Y es que aparentemente, al realizarlas no pasa nada, todo está bien y algunas hasta nos ayudan a saciar un placer momentáneo. Es por eso, que te dejamos estas 10 costumbres que todas las personas hacemos y que perjudican mucho nuestra salud y no lo sabíamos.

Seguramente, has hecho más de tres cosas de esta lista

1. Sentarte con las piernas cruzadas

Muchísimas investigaciones comprueban que, sentarse con las piernas cruzadas, provoca tensión alta, especialmente en personas hipertensas, además de que ocasiona la aparición de varices y nervios dañados.

  1. Alimentar aves

La probabilidad de que un pájaro urbano te contagie algo es mayor al 50 por ciento. Las palomas no solo transmiten la psitacosis, sino también colibacilosis, histoplasmosis, salmonelosis, tuberculosis, listeriosis, tularemia, toxoplasmosis, la enfermedad de Newcastle, entre otras enfermedades.

  1. Ponerte lentes de sol de baja calidad

Los lentes de baja calidad son fabricados con plástico barato, el cual no protege de los rayos ultravioleta, al contrario, este tipo de material puede provocar quemaduras en la retina, debido a que con los gafas oscuras, las pupilas se dilatan y los ojos reciben una doble dosis de sol, lo cual es aún más nocivo que no ponerse anteojos.

El exceso de los rayos ultravioleta, puede provocar cataratas, daño en los ojos e incluso producir cáncer.

  1. Beber mucha agua

El mejor indicador para saber que tanta agua necesita tu cuerpo, es la sed. Pues beberla en exceso es dañino para las personas que tienen problemas de riñones o cardiovasculares. Sin embargo, no consumir el vital líquido, puede provocar deshidratación.

  1. Usar calentadores de goma

Parece que aplicar algo frío o caliente en el área que nos duele es uno de nuestros remedios caseros favoritos. Sin embargo, está comprobado que utilizar calentadores de goma para aliviar malestares no es buena idea, y menos si se trata de inflamaciones en el abdomen o sangrados, pues esto solo agudiza el padecimiento.

  1. Preparar palomitas en el microondas

No se trata del modo de preparación, sino de los componentes de las palomitas. El peligro viene de una sustancia química llamada diacetil, un aceite sintético y aromatizante a la vez, que al evaporarse, entra a los pulmones y los daña. El riesgo se reduce si dejas enfriar las palomitas antes de comerlas.

  1. Comer sin levantarte del escritorio

Aparte de contaminar tu comida con la gran cantidad de bacterias que viven en tu área de trabajo, son éstas las que no permiten que el estómago realice su trabajo de digestión a la perfección, además de que el estar inmóvil no le permite al cerebro concentrarse para realizar este proceso.

  1. Usar sandalias en la ciudad

Utilizar calzado abierto en la ciudad podría parecer inofensivo, sin embargo no lo es, pues al caminar con este tipo de zapatos podemos causarnos heridas en los pies, que al estar expuestas a la contaminación ambiental, se pueden infectar causando problemas en todo el organismo.

  1. Beber leche descremada

Junto con la grasa, esta leche pierde vitaminas y obtiene sustancias sintéticas que no son para nada saludables. Además, muchos fabricantes “fortalecen” la leche descremada con fórmula en polvo que oxida el colesterol propio de este líquido, lo cual puede provocar, si se bebe en exceso, paros cardíacos y problemas con las arterias.

  1. No cuidar la postura

Junto con la grasa, esta leche pierde vitaminas y obtiene sustancias sintéticas que no son para nada saludables. Además, muchos fabricantes “fortalecen” la leche descremada con fórmula en polvo que oxida el colesterol propio de este líquido, lo cual puede provocar, si se bebe en exceso, paros cardíacos y problemas con las arterias.

  1. No cuidar la postura

La postura correcta está relacionada con la ubicación simétrica de todos los órganos. Es por eso que es importante que el respaldo de tu silla se ajuste al máximo a la curvatura de tu columna vertebral, sentándote de manera que la espalda quede pegada al respaldo. Cuida que los hombros estén al mismo nivel y que tu abdomen este relajado.

Realiza movimientos suaves para que la columna no se golpee contra el respaldo de la silla. Adopta una posición en la que tu peso corporal se concentre en la cadera, y que tu cabeza mire hacia adelante y arriba.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas