«No doy más, hace tres meses maté a mi hijo»: la brutal confesión que impactó a la policía de Córdoba

«No doy más, hace tres meses cometí una locura. Maté a mi hijo». La confesión dejó estupefacta a la persona encargada de atender el número de emergencias de la policía de Córdoba. El dato era real: momentos más tarde, los efectivos hallaron el cuerpo de un pequeño de cuatro años enterrado en una casa de la localidad de Río Segundo.

El episodio ocurrió el viernes cerca de las 22, cuando el llamado con la terrible confesión ingresó al 101, el número telefónico de emergencia de la policía de Córdoba.

La mujer, identificada como Paola Patricia Cuartara, de 30 años, esperó a los efectivos en un camino rural en las afueras de la localidad de Pilar, a 45 kilómetros de la ciudad de Córdoba.

Cuando llegó la patrulla, Cuartara dijo que había atado las manos del nene y lo había asfixiado con una bolsa en la cabeza. Según publicó el diario La Voz del Interior, la mujer expresó que no podía superar el deceso de otro hijo que, tiempo atrás, sufrió una muerte súbita, y eso la había llevado a tomar la decisión.

En ese momento, los policías encontraron un cráneo y algunos huesos enterrados en una construcción a medio terminar que pertenecerían al menor, identificado como Luciano Gabriel Cuartara, que había nacido el 7 de febrero de 2013.

La mujer fue trasladada a un hospital de Laguna Larga, tras lo cual quedó detenida, imputada por el delito de homicidio calificado agravado por el vínculo.

Ahora la fiscalía a cargo de la causa evalúa su traslado a la Cárcel de Bouwer pero antes será sometida a un examen psiquiátrico ante las dudas sobre su salud mental.En tanto, el Servicio Antropológico Forense y la Policía Científica trabajaron ayer en la zona del hallazgo en busca de más restos. Pero se estima que el filicidio ocurrió el año pasado y no hace tres meses, como declaró la asesina.

Uno de los interrogantes que arroja el caso es cómo nadie se percató en estos meses de la ausencia del menor.

En este sentido, diferentes versiones empezaron a circular en la zona. Algunas que indican que la mujer vive en un contexto de pobreza y marginalidad y tiene otros hijos pequeños que no viven con ella. Otras afirman que los embarazos fueron producto de abusos sexuales en los que estarían involucradas personas de su círculo íntimo. Y, por otra parte, personas que dijeron conocer a Cuartara señalaron que la mujer padece «problemas mentales».

Sin embargo, empleados de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) habían visitado su domicilio en diferentes oportunidades, sin que jamás se conociera alguna acción oficial concreta.

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