Las ocho desapariciones más misteriosas ocurridas en Misiones

Misiones siempre ha sido pródiga en mitos y leyendas, también en casos policiales misteriosos. Y si de misterio se trata, las desapariciones inexplicables de personas a lo largo de los últimos años han liderado el ranking. Ocho han sido los casos más emblemáticos en ese sentido. Aquí una síntesis de ellos:

Perdida en Yabotí
A fines de diciembre de 2000, Andrea Silva (8) estaba con su familia en un campamento de trabajadores en plena biósfera Yabotí. Sin que nunca se determinaran las circunstancias, desapareció. La buscaron durante meses de manera intensa. Y luego a lo largo de años, siguiendo distintas pistas, hasta las aportadas por una vidente.
Los rastrillajes fueron minuciosos en los días posteriores a la desaparición. Se dijo que la había llevado alguna criatura mitológica, que la mataron animales salvajes, que la secuestró un camionero. Nada pudo probarse.
La última versión indica que vive con una familia brasileña en el sur de ese país. Presuntamente una pareja “la compró”. Tampoco nadie pudo probar esto.

El caso Julieta
Julieta Ehinger (25) un buen día se esfumó. Supuestamente dejó su casa de Ruiz de Montoya el 25 de febrero de 2002 y nunca volvió, tras una discusión con su entonces concubino Claudio Da Silva, con quien tiene una hija (entonces con tres años).

Da Silva dijo que salió con su hija un rato y al regresar notó la ausencia de su mujer, quien se habría ido con sus documentos, ropa y 45 pesos. Sin embargo, recién el 28 hizo la denuncia. Hasta entonces nunca consultó al resto de la familia si sabía algo de Julieta. Esto lo colocó durante años en la categoría de principal sospechoso. Sin embargo, nunca tuvieron nada que lo comprometiera.
El 3 de marzo de 2002, un anónimo de voz masculina se contactó con un vecino de Da Silva para avisar que la mujer estaba “en Buenos Aires”.
Se siguieron distintas líneas investigativas, pero la mujer jamás apareció. Incluso un allanamiento y excavaciones en la casa de la pareja. Nada, ni un rastro, hasta el momento.

Remero perdido
Fabián Romero (18) salió a navegar en piragua cuando su amigo Luciano Barbieri el 4 de enero de 2007 desde el club Ombú Chico de Corrientes, cerca del límite con Misiones. Fueron vistos por última vez alrededor de las 17.30 de ese día. Como entrada la noche no habían regresado, sus familiares avisaron a la Prefectura. Desde ese momento empezó el operativo de búsqueda, por agua, tierra y aire, que incluyó además de los hombres de Prefectura a la Gendarmería, al Ejército, a las Policías de Misiones y de Corrientes y a la Armada paraguaya.
Los restos de Barbieri fueron encontrados el martes 13 de febrero por la tarde en la costa de Ituzaingó, Corrientes, en inmediaciones de la represa hidroeléctrica de Yacyretá.
Romero nunca apareció. Mil versiones se tejieron sobre el hecho. Desde el naufragio accidental hasta la intervención de presuntos contrabandistas que terminaron con la vida de los amigos.

Mario

El 27 de marzo de 2008, Mario Golemba (27) salió de Picada Indumar de Dos de Mayo en dirección a Oberá. Subió a un colectivo de media distancia a las 7.10 y llegó a destino sin problemas. A través de distintos mensajes de texto, que sus padres guardan bajo siete llaves, porque configuran el último contacto que tuvieron con el muchacho, se pudieron reconstruir sus últimos pasos:
A las 10.12, avisó a sus familiares que no había tenido problemas para encontrar el consultorio de la profesional a la que había ido a ver.
A las 12.10 confirmó a sus padres que ya lo habían atendido.
A las 12.48 precisó que iba a quedarse más tiempo porque le iban a practicar unos análisis.
A las 13.05 dijo que iba a volver en el micro de la tarde.
Mario nunca volvió. Sus parientes, alarmados, hicieron la denuncia y empezaron un derrotero que los llevó a entrevistarse con autoridades provinciales y nacionales y a participar de marchas para pedir el esclarecimiento del caso.
Como en los episodios anteriores, muchas pistas fueron desandadas. Una de ellas apuntaba a efectivos de la Policía, que supuestamente secuestraron, torturaron y asesinaron a Golemba. Hubo un movimiento de suelos en un destacamento policial de Dos de Mayo, pero el joven no estaba allí.
En cada marcha en reclamo de justicia, el nombre de Mario sigue sonando.

Deuda impaga
El posadeño Daniel Galarza (32) le dijo a su papá: “Estoy apurado, tengo que ir a Coronel Bogado a cobrar una deuda”. Era el 14 de noviembre de 2008 y el calor ya empezaba a apretar. Carlos Alberto Galarza recuerda esa frase de su hijo todos los días. Desde ese día no tiene noticias de su hijo, que cruzó al Paraguay y jamás regresó.
Un comerciante de la vecina orilla, Ever Mereles, apareció como sospechoso en un primer momento (de hecho, los allegados de Daniel lo siguen considerando como tal). Pero la Justicia paraguaya desestimó las acusaciones contra él. Mereles admitió que ese día se reunión con el posadeño y que le pagó algo más de 8 millones de guaraníes. Ahora bien, del posterior destino de Galarza afirmó no saber nada.
Carlos Alberto sigue con la búsqueda. Fue al Paraguay muchísimas veces. También pidió ayuda a funcionarios de Misiones. Su lucha aún no tuvo éxito. Pero él no baja los brazos.

El misterio del cazador
Andrés Estepa (50) desapareció el 14 de agosto de 2013, luego de que entrara a cazar en una propiedad privada del paraje Esperanza Centro, situado a unos 25 kilómetros del casco urbano de Puerto Esperanza. Hasta allí fue desde su casa del barrio San Cayetano de Wanda. Su hermano Antonio (47) le contó a Misiones Online en su momento que él no solo cazaba por afición, sino que muchas veces lo hacía para mantener a su familia.
Los últimos que lo vieron fueron dos empleados de seguridad de una firma que recorre las propiedades de una forestadora justamente para evitar la presencia de personas ajenas a esas propiedades. Lo encontraron en un “sobrado”, que es una construcción casera, al estilo balcón, desde donde tenía una visión periférica del sitio que había montado para atraer a las que podían ser sus presas.
Los vigiladores declararon ante la Justicia que le pidieron que se fuera y que Estepa aceptó sin protestar. Desde entonces, la nada absoluta. Nunca encontraron algún vestigio que pudiera conducir a su paradero.

Aída
El domingo 2 de marzo de 2014, en Posadas, Aída de Jesús Cabrera (66) fue a la iglesia evangélica que se encuentra en Eva Perón y Blas Parera. El pastor y su mujer declararon que ella estuvo allí y que se retiró entre 22 y las 23. Después surgió un testimonio que la ubica en inmediaciones del hospital Madariaga, algo que no se sabe si es cierto. Lo cierto es que Aída nunca volvió, para desesperación de su familia.

Ifrán
Manuel Ifrán (71) es el último nombre de la lista. Fue visto por última vez por su familia entre la noche del 11 y la madrugada del pasado 12 de abril cuando salió de su casa con destino desconocido, esto de acuerdo a la denuncia formulada en la seccional 18ª.
La Policía ha hecho cientos de rastrillajes a lo largo y a lo ancho de todo el territorio provincial. Nada ha dado resultado. El anciano sigue desaparecido. Sus allegados imploran que el caso no pase a ser uno más de los arriba mencionados.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas