Cámaras en el Instituto Teresa Michel de Montecarlo: en un nuevo capítulo de la polémica se sumó una denuncia policial

El rector del Instituto Teresa Michel de Montecarlo, Ángel Tabares contó en FM Red Cidadana que el miércoles por la noche hubo una reunión entre un grupo de padres y la religiosa que es la actual representante legal -quien decidió en forma arbitraria colocar cámaras y micrófonos en las aulas que luego debió retirar- que terminó en un fuerte desacuerdo. Según el docente la discusión se volvió por momentos acalorada, la religiosa abandonó el lugar sin dar mayores explicaciones y negándose a firmar el acta del cónclave, cuestión por la cual los padres decidieron llevarse el libro de actas, que finalmente fue devuelto ayer a la institución. A raíz de ello la religiosa hizo una denuncia en la policía local y crece en malestar en la comunidad educativa.

Ángel Tabares, rector del Instituto Teresa Michel de Montecarlo, en FM Red Cidadana.

 

Tabares contó también que la polémica por la instalación de las cámaras en las aulas y sector de rectorado del colegio que se hizo pública en los últimos días, suma en cada jornada un nuevo capítulo. Si bien los dispositivos fueron retirados tras la disconformidad presentada por los alumnos y padres, la discusión sigue en lo que se ha convertido en una especie de “caza de brujas”.  Según el docente la religiosa no está dispuesta al diálogo y muestra de ello fue la actitud que tuvo el miércoles por la noche cuando se retiró de la reunión que mantenía con los padres. Tabares dijo que también se había negado a firmar el acta del encuentro y que por esta razón un grupo de padres decidió llevar el libro. Esta acción de retirar el libro en cuestión provocó que la religiosa radicada ayer una denuncia en la comisaría local. A ello se suma que Tabares dice ser ahora blanco de una campaña de desprestigio por parte de la representante legal.

 

Todas estas acciones a su criterio inentendibles, no hacen más que ahondar en el malestar que hoy afecta a la comunidad educativa. “Ayer tuve que asesorarme jurídicamente. Yo pido prudencia, calma y diálogo, sino esta cacería de brujas va a destruir a nuestro querido instituto. Somos un plantel de 30 docentes. Acá no se trata de ganar o perder en el tema específico de las cámaras, es imposible meter en el aula una cámara sin la anuencia de los padres”, dijo. Acto seguido confirmó que según le contaron en el área de la primaria se llamó uno por uno a los maestros para sugerirles que apoyen la iniciativa de poner cámaras en las aulas.

 

Por otro lado negó intereses personales por la compra o venta de los dispositivos electrónicos y si bien reconoció que tuvo un negocio de informática, dijo que jamás habló con los directivos por el tema. “Desde 1993 tuve un negocio de computación, 2014 cerré el negocio. Jamás tuve una charla o reunión con la representante legal acerca de la posible instalación de las cámaras. Están tratando de ensuciarme, no voy a opinar de tema pero si puedo decir que las mentiras caen por su propio peso. Ahora hay clases normalmente”, aseguró.

 

 

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