Colegio Roque González: 80 años al servicio de la educación posadeña

En el año de un aniversario especial para una institución educativa que es uno de los pilares fundacionales de la sociedad posadeña, el padre Juan Rajimón habló con Misiones OnLine y contó cómo se perfila el colegio de cara al futuro.

En sus ochenta años de historia, el Colegio Roque González ha sufrido varios cambios, aunque siempre con el foco puesto en una formación cristiana y misionera, cualidad que ha marcado a fuego la identidad de quienes pasaron por sus aulas. «Se basa en tres pilares esenciales: lo académico, lo espiritual y lo sociocomunitario. En lo académico, tratamos de buscar la excelencia; lo espiritual está presente en las actividades litúrgicas, las celebraciones, los retiros en la quinta y los grupos misioneros; en lo sociocomunitario, una de las actividades más importantes que venimos llevando año a año es la bicicleteada solidaria, que ya es un evento de la ciudad de Posadas», repasó Juan Rajimón, padre que forma parte de la comunidad educativa desde hace 18 años y hoy ocupa el lugar de rector.

En su larga historia, otra de las virtudes de la institución es que nunca se detuvo en su afán por desarrollarse: «El colegio ha ido creciendo desde la primera promoción. Fue incorporando el turno de la tarde y los niveles iniciales. Hoy tenemos alrededor de 1700 alumnos en los tres niveles».

Por el lado de nivel inicial, el colegio cuenta con salita de tres, cuatro y cinco años. El nivel primario tiene tres divisiones en cada año, dentro del turno mañana y tarde, aunque «por la creciente demanda de las familias», pronto se abrirá una cuarta división. Finalmente, la secundaria se distribuye en cinco divisiones en cada año.

Retomando la veta de la excelencia académica, el padre destacó la importancia que otorga la institución al aprendizaje de nuevos idiomas: «Tenemos incorporado el idioma inglés desde salita de tres hasta el cuarto año de la secundaria». Además, en esa búsqueda por innovar, el colegio ha firmado convenios con el instituto Oxford para los talleres de inglés que habilitaría el ingreso a varias universidades de forma directa. «Esto es un gran avance porque el alumno que sale del Roque a través de este convenio tiene la posibilidad de no tener que rendir un examen de ingreso o de idiomas para entrar en otra universidad», valoró.

«Creo que la parte pastoral y la parte comunitaria es lo que nos diferencia. La idea es que el alumno sea protagonista, que pueda hacer cosas y no solamente se trate de estudiar y rendir su materia, sino que pueda querer al colegio. En ese marco, los mismos alumnos sean animadores de otros alumnos: por ejemplo, los de la secundaria animan las jornadas de los chicos más pequeños». Esa comunidad que se forja puertas adentro también se extiende por fuera: «Hacemos la misión bíblica, que es un evento donde compartimos un día al año visitando a las familias de los alumnos con docentes y padres para compartir la palabra».

El padre, que lleva 18 años dentro de la comunidad educativa del Roque, siente una profunda alegría de seguir formando parte del día a día. «Fui viendo gran parte de los cambios que sucedieron en los últimos casi veinte años y me pone muy contento porque veo que estamos en buen camino. El Roque es el fruto de mucha gente que se ha entregado en vida, con generosidad, sin mirar el reloj ni preocuparse por el trabajo. Hoy tenemos un muy buen equipo directivo y un gran plantel de docentes con el que hemos puesto mucho esfuerzo para poder remodelar el colegio».

Además, tras un largo camino formando jóvenes, lo llena de orgullo «salir a caminar y ver que en todos lados hay un ex alumno del Roque», con la novedad de que hoy le toca darle la bienvenida en los jardines a «un montón de hijos de ex alumnos».

«Es lindo ver lo bien posicionados que están nuestros ex alumnos en nuestra sociedad, y noto también el gran cariño que tienen por el colegio. El orgullo que tiene el alumno de pertenecer al Roque es muy grande», finalizó.