Por qué la Justicia española no le creyó a Messi: los argumentos de la condena

«Yo solo me dedico a jugar al fútbol», se había defendido durante el juicio oral en 2016.

El Tribunal Supremo de Justicia española confirmó hoy la condena de 21 meses de prisión en suspenso y una multa de 2 millones de euros para Lionel Messi por haber defraudado al fisco durante los períodos 2007, 2008 y 2009 al no haber tributado como corresponde los millonarios ingresos por derechos de imagen.

La defensa del futbolista argentino del Barcelona y su padre había sostenido, durante el juicio oral celebrado en junio de 2016, que Leo Messi había confiado sus obligaciones con Hacienda a su padre y este a sus asesores. Pero la estrategia para correr al 10 del centro de la responsabilidad terminó fallando.

«Yo me dedicaba a jugar a fútbol. Confiaba en mi papá y en los abogados que habíamos decidido que nos llevaran las cosas. En ningún momento se me pasó por la cabeza que me iban a engañar”, declaró Messi durante el juicio.

Jorge Messi respaldó a su hijo y apuntó a sus asesores: «Como él juega al fútbol, yo le acompañaba en todas sus necesidades. Necesitaba a alguien que nos asesore en todo lo que es legal porque yo de eso no entiendo nada, es chino básico».

La Audiencia de Barcelona, sin embargo, sostuvo en su sentencia que Lionel Messi actuó con «ignorancia deliberada» cuando evitó informarse sobre lo que estaba a su alcance a través de «medios fiables, rápidos y ordinarios».

El Supremo ratificó este argumento y descartó uno a uno todos los motivos alegados por el crack de Barça para recurrir su condena. Entre otros, que la sentencia afecta a su «dignidad humana» porque utiliza al acusado para enviar «un mensaje a la ciudadanía» sobre el cumplimiento de los deberes fiscales.

Los magistrados rechazan esta interpretación y lanzan un fuerte reproche al jugador: «El hombre es un ser con dignidad señor de sus actos». Y agregan que: «Y más si el acto, por sus importantes efectos económicos, debilitan la capacidad del Estado para poder paliar precisamente las necesidades de ciudadanos sometidos a situaciones sociales y económicas mucho más incompatibles con la dignidad el ser humano que la de quien soporta una pena democráticamente dispuesta por la ley».

«Sabe que está defraudando»

Los magistrados del Tribunal Supremo tampoco admiten que, como alegó el jugador, él fuera ajeno a las maniobras fiscales de sus asesores para eludir impuestos y entiende que Leo Messi conocía su obligación de tributar los ingresos obtenidos por la explotación de sus derechos de imagen.

En este sentido, afirma que «no resulta acomodado a lógica admitir que quien percibe importantes ingresos ignore el deber de tributar por ello. Ni se acomoda a lógica que quien constata que no abona nada en absoluto a Hacienda como tributo, pese a la elevada percepción de concretos ingresos (los derechos de imagen), sabe que está defraudando ilícitamente». Y además advierte que el futbolista «interviene personalmente en muchos de los contratos que se iban sucediendo».

«Si alguna duda pudiera alcanzar a quien eso percibe, cualquiera que fuera su ingenuidad, las actuaciones que indican que interviene personalmente, y no solamente estampando su firma en documentos, revelan su plena consciencia de que ese camino llevaba inexorablemente al insolidario resultado de la defraudación fiscal”, sostiene el tribunal.

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