NBA: San Antonio desperdició una abultada ventaja y se fue derrotado ante Golden State

La final de la Conferencia Oeste de la NBA comenzó con un fuerte golpe anímico para San Antonio, que desperdició una ventaja de 25 tantos y perdió 113-111 ante Golden State. Hay razones deportivas para explicar las dos caras de los Spurs, porque el esguince en el tobillo izquierdo -y la consecuente salida de la cancha- de Kawhi Leonard modificó su plan ofensivo y a la vez envalentonó a Stephen Curry y a Kevin Durant para dar vuelta la historia. Emanuel Ginóbili aportó 17 tantos y liderazgo en San Antonio, pero su esfuerzo no alcanzó.
Tal como había sucedido en el primer partido de la temporada, cuando los Spurs dieron la sorpresa venciendo con autoridad al renovado Golden State que estrenaba a Durant entre sus filas, la final de la Conferencia Oeste de la NBA arrancó con San Antonio pisando fuerte. En el primer cuarto ante Golden State, puso en práctica todo lo que mandaban sus libros: mucha defensa y utilización de sus internos.
LaMarcus Aldridge, que venía de actuaciones normales, terminó de explotar en el cierre de la serie de semifinales, ante Houston. Y el impulso del que tanto se habla en Estados Unidos lo mantuvo a tope en el primer cuarto contra los Warriors, con 11 puntos (5-7 en tiros de cancha), 3 rebotes y 3 asistencias para dominar junto a Pau Gasol (5). Sobre el cierre del cuarto inicial, Jonathon Simmons ingresó con fuerza para anotar 5 más y dejar la ventaja en 30-16.
Ausente Leonard, Gregg Popovich confió en la jerarquía y experiencia de Manu Ginóbili. El argentino volvió a responder, se adueñó de la pelota en cada posesión de San Antonio y respondió al impacto emocional tras la pérdida de su as de espadas con dos bandejas. Ginóbili cerró una gran actuación con 17 puntos, 3 robos, una asistencia y un rebote en 25 minutos. Los jóvenes Dejounte Murray y Kyle Anderson también irrumpieron en ataque pero en un estadio que resucitó tras la lesión de Leonard, Golden State remontó una desventaja que llegó a ser de 25 puntos y se llevó el primer triunfo de la serie por 113-111 en un final ajustadísimo en el que LaMarcus Aldridge tuvo la oportunidad de obligar a un overtime con un intento de triple que no encestó.
Aún pese a estar lejos de su mejor nivel, Golden State terminó apoyándose en los 40 puntos de Stephen Curry y los 34 de Kevin Durant, quienes solucionaron el atascamiento de una ofensiva que durante casi todo el partido fue sometida por el entramado defensivo pergeñado por Popovich.
La derrota, previsible antes del partido, deja una buena noticia para Popovich: que San Antonio tiene la capacidad de estar a la altura frente a un equipo que parecía invencible y que se encontró con un guiño del destino para revivir en un encuentro que parecía perdido. Claro que el futuro de los Spurs y sus chances dependerán de la condición física de Leonard. Frente a un equipo como Golden State, versátil y con múltiples variantes en ambos costados del parquet, contar con Leonard será imprescindible.

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