Daiana tiene 17 años y no se sabe nada de ella desde el sábado.
La hipótesis de la investigación por la desaparición de Daiana Garnica en Tucumán sigue teniendo al vecino Darío Suárez como principal sospechoso, bajo la presunción de que asesinó a la adolescente de 17 años e incineró su cuerpo para borrar las pruebas. Después de dos días de rastrillajes y desarmado de hornos en la ladrillera donde trabaja, los peritos encontraron restos que podrían ser óseos y serán analizados en el laboratorio.
Desde atrás de la cinta perimetral Ramón, el papá de Daiana siguió atentamente el trabajo de los forenses y a medida que pasaban las horas su nerviosismo aumentaba y era evidente. «Ha sido él, no pudo haber sido nadie más”, repetía a todo aquel que le preguntaba. Pero Suárez sigue negando las acusaciones y el resultado del análisis sobre los restos y las cenizas encontradas en ese lugar, tardará varios días en arrojar alguna respuesta.
La familia de Daiana no la puede pensar muerta pero aún así, las sospechas no son mucho mejores. “También hemos evaluado que este tipo se la haya entregado a otro para trata de personas”, sugirió el hombre, horrorizado, al diario La Gaceta. Mientras tanto, la intendencia de Alderetes evalúa ofrecer una recompensa de $30.000 a quien aporte información verídica sobre el paradero de la chica desaparecida. El decreto sería publicado en las próximas horas.
Las claves del caso
La última vez que vieron a Daiana fue el sábado, cuando salió de su casa para encontrarse con Suárez, vecino y amigo de su familia.
El hombre le había pedido que lo acompañara a comprar un regalo para su madre pero que no avisara que se iban a encontrar. Más tarde se supo que no tiene madre. (TN)
