El caso de Agustina Gorocito, una joven de Buenos Aires, podría ocurrirle a cualquiera. ¿Por qué? Por la simple razón de que aún nos falta muchísimo por luchar sobre respeto e igualdad en este mundo, comenzando por el hecho de cómo un hombre decide reaccionar cuando siente el rechazo de una mujer.
Nadie merece vivir en carne propia el acoso y la intensidad con que una persona puede tratarnos. Pero, el mundo de “Agus” cambió el día que un tipo llamado Javier Alejandro comenzó a acosarla.
A través de una serie de capturas de pantalla de las conversaciones que tuvo con este hombre, Agustina mostró como el hombre empezó a acosarla por chats.
Al hablarle una y otra vez y ver que Agustina no le respondía, Javier Alejandro decidió atacarla de la peor manera.
Ella compartió lo que este hombre le dijo y causó un gran debate en las redes sociales. Desgraciadamente, no todos apoyaron a la joven después de que denunciara a través de su Facebook y Twitter personal lo que le había ocurrido.
Hubo incluso algunos que afirman que lo que está haciendo Agustina es “puro marketing” simplemente para tener sus “cinco minutos de fama”: Incluso la acusaron de falsificar los chats. Luego, ese tal Javier Alejandro consiguió su número de teléfono y comenzó a enviarle fotos prohibidas, además de insultos amenazantes y denigrantes.
La chica no se quedó callada y le respondió:
Y Agustina hasta ahora no puede creer que haya tanta gente que se burle de este tema, que piensen que ella miente y que lo defiendan a él. La situación se viralizó en las redes y sorprendentemente muchos usuarios acusaron a Agustina de «hacer un show» para ganar seguidores. (Contexto Tucumán)