Monseñor Martínez analizó la actualidad y pidió más capacidad de diálogo a la hora de pensar en el bien común

Juan Rubén Martínez, obispo de la Diócesis de Posadas habló en Red Ciudadana sobre la realidad social y económica del país. Pidió una democracia madura y que cada ciudadano mire a su alrededor y vea que aporte puede realizar para que entre todos “construyamos una sociedad más justa y sin mezquindad”.

Juan Rubén Martínez, obispo de la Diócesis de Posadas.

 

Martínez dijo que analizar hoy la realidad socioeconómica del país es un tema complejo porque se deben tener en cuenta diversos factores. “La gente vive hoy una especie de transición donde hay situaciones diversas. Esta etapa quizá es difusa porque no se ve bien con claridad el puerto hacia dónde vamos. Algunos siempre conservan la esperanza de que la cosa va a mejorar. Hoy vemos que hay que cuidarse mucho en los gastos, que se incrementan las formas de ajuste y quizá sean condimentos de las sensaciones encontradas que uno vive en la realidad”.

 

En ese sentido el Obispo habló de la importancia de no perder la esperanza. “Acá la esperanza es lo positivo. El tema es cuando claudicamos y decimos que esto no va a mejorar. La esperanza nos hace poner de pie. Nos hace tomar consciencia de que somos protagonistas. A veces miramos la tele y creemos que solo la gente importante o con poder puede cambiar la realidad. Pero la realidad es que cada uno es protagonista en su ambiente o lugar. Cuando votamos tenemos una cuota de responsabilidad. La esperanza es el motor, es la clave”.

 

Consultado sobre la grieta, tema sobre el cual giran hoy los debates y marca el enfrentamiento entre los argentinos, dijo que de ninguna manera se la puede justificar como algo sustancial de esta Nación. Aunque reconoció que históricamente las diferencias en el pueblo argentino datan de la época de los Unitarios y Federales, no se puede justificar que la Argentina es un país violento.

 

“En la historia uno se puede encontrar con grietas, que siempre fue así y que no va a cambiar, es algo con lo que no estoy de acuerdo. Hay una tendencia muchas veces a generar formas de grietas y esto es sencillamente la incapacidad del diálogo. Creer que el otro no me puede aportar nada. Esto sí es dañino porque no nos permite tomar en serio temas que son claves. Lamentablemente es cierto, tenemos que saber la gente se cansó de las posturas intolerantes. La gente hoy quiere salir de eso”, remarcó.

 

Respecto a la pobreza lamentó que no haya una mesa de diálogo donde se trabaje para la gente que hoy queda al costado del camino. De ello responsabilizo al gobierno saliente como al actual. “Esto es responsabilidad de todos los argentinos, el hecho de velar por que los hermanos que están padeciendo, los niños desnutridos y los que quedan marginados de acceder a la educación o conseguir un trabajo como la gente. El camino es uno sólo. Comprometerse y dialogar sin mezquindad. Hay mucha solidaridad en nuestra gente y muchos sobreviven gestos de solidaridad.

 

Finalmente habló de la construcción de una democracia madura, con dirigentes que busquen más consenso y serán más servidores que jefes. Valoro la decisión del Papa Francisco de no visitar el país ni recibir políticos hasta después de las elecciones porque se respeta la libertad de conciencia, y sobre todo que alguno “quiera aprovechar y llevar agua para su molino”.

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