Las dos versiones de Vladimir Putin sobre el ataque químico en Siria

El presidente ruso, aliado del régimen de Bashar al Assad, intentó desligar al dictador sirio del brutal bombardeo sobre la provincia de Idlib y presentó dos hipótesis sobre lo que considera que ocurrió el martes 4 de abril. También destacó que las relaciones con los Estados Unidos han empeorado desde la llegada de Donald Trump.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, presentó dos hipótesis sobre lo que podría haber ocurrido en el ataque en la provincia siria de Idlib, donde murieron más de 80 personas con síntomas de sustancias químicas, en un intento de defender la imagen del régimen de Bashar al Assad.

 

«Hay varias versiones posibles, y creo que dos de ellas son las principales», señaló el mandatario en una entrevista con la cadena MIR24, difundida este miércoles, a una semana del bombardeo, condenado por la comunidad internacional, que apuntó contra el dictador sirio.

 

Según expuso, en la primera explicación señaló que las fuerzas armadas sirias «atacaron un taller clandestino que producía sustancias tóxicas para la guerra», culpando así a los rebeldes por tener dicho material. El gobierno ruso se ofreció como garante en 2013 para verificar que Siria no tenga más armamento químico, por lo que si Al Assad todavía cuenta con dicho arsenal, la responsabilidad también recaería sobre el Kremlin.

 

«Es posible, ya que los combatientes ya las han usado en numerosas ocasiones; de hecho, las usaron en Irak contra la coalición internacional y el Ejército iraquí. ¿Por qué no pueden tenerlas en Siria?», sostuvo Putin.

 

En segunda instancia, el líder ruso señaló que pudo tratarse de «una provocación» contra Al Assad, «con el fin de generar un pretexto para añadir presión a las autoridades sirias».

 

Putin ya había elaborado el martes en torno a esta hipótesis. «Tenemos información de diferentes fuentes de que similares provocaciones se preparan en otras regiones de Siria, donde se proponen colocar alguna clase de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias», dijo en una rueda de prensa.

 

 

Sin embargo, al no aportar pruebas sobre estas posibilidades, Putin indicó en la entrevista que «todas las versiones deben ser demostradas». De esta manera, intentando restar credibilidad a la versión de otras grandes potencias que culpan a Al Assad, trató de frenar las posibles represalias. «No creemos que se puedan tomar medidas contra las autoridades sirias sin una verificación», enfatizó.

 

El presidente también se refirió a las relaciones del Kremlin con la Casa Blanca, marcadas por la tensión por las diferencias sobre la situación en Rusia, y consideró que han empeorado desde la llegada de Donald Trump al poder.

 

Pese a que Putin y sus allegados siempre apuntaron contra el gobierno de Barack Obama, el mandatario apuntó: «Se puede decir que el grado de confianza en nuestras relaciones de trabajo, especialmente en el área militar, no ha mejorado, sino que, al contrario, se ha deteriorado».

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