Repudio mundial por el doble atentado en iglesias cristianas de Egipto que dejaron 45 muertos, a 20 días de la llegada del Papa

El Estado Islámico reivindicó los ataques en Tanta y Alejandría –al norte de Egipto- que dejaron al menos 45 muertos y 78 heridos, a menos de dos semanas de la visita del papa Francisco.

 

A menos de tres semanas de la llegada del papa Francisco a Egipto, dos atentados contra iglesias cristianas, una de ellas la catedral copta de Alejandría, causaron al menos 45 muertos y 78 heridos, y fueron reivindicados por la milicia Estado Islámico (EI) y repudiados por la comunidad internacional.

 

La agencia de noticias vinculada a la milicia que nació en Irak y creció al calor de la guerra en Siria, Amaq, informó en un breve comunicado que un «grupo de seguridad perteneciente al Estado Islámico» para «que sepan todos los infieles y apóstatas de Egipto y de todas partes que nuestra guerra contra los idólatras continúa», según la agencia de noticias EFE.

 

En el texto, el medio cercano a la milicia no dio ningún detalle sobre los agresores o el ataque en sí mismo que permita confirmar la autoría.

 

El atentado en Tanta

 

El primer atentado sacudió el templo de Mar Guergues -San Jorge, en árabe- en la ciudad de Tanta, a 120 kilómetros al norte de El Cairo, alrededor de las 10 de la mañana local. El ataque coincidió con las celebraciones del Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa.

 

Según el vocero del ministerio de Salud, Jaled Mugahed, al menos 27 personas fallecieron allí y decenas resultaron heridas.

 

 

A 20 días de la llegada del Papa, se registraron dos atentados en iglesias cristianas de Egipto

 

Inmediatamente los principales actores políticos y religiosos del país condenaron el sangriento atentado.

 

«Se trata de un acto terrorista impío, pero erradicaremos el terrorismo de Egipto y tenemos la determinación para acabar con los grupos terroristas», sentenció el primer ministro Sherif Ismael.

 

Dos horas después, las condenas y los repudios seguían acumulándose cuando otro atacante suicida detonó una bomba que sacudió las puertas de la catedral copta de San Marcos, en la ciudad costera de Alejandría, y mató al menos a 18 personas, entre ellos los tres policías que le impidieron el ingreso a la iglesia, e hirió a otras 40, según el conteo provisorio del Ministerio de Salud.

 

Al momento del ataque, el propio Teodoro II, el Patriarca de Alejandría y de toda África de la Iglesia ortodoxa de Alejandría, se encontraba dentro de la catedral encabezando el servicio religioso. Su secretario, Angelious Izhaq, informó que resultó ileso.

 

Más tarde, el ministro de Salud de Egipto, Ahmed Emad, informó a medios locales que en total 45 personas murieron y otras 78 resultaron heridas en los dos atentados, según el diario Al Ahram.

 

Horas después del ataque, cientos de personas se concentraron frente al templo atacado en Tanta, para mostrar su solidaridad con las víctimas del atentado.

 

Varios fieles golpean las puertas cerradas del templo, que los responsables entreabren en alguna ocasión, dejando salir un intenso e irrespirable olor a sangre.

 

El relato de un sobreviviente del atentado en Tanta

 

Ashraf Ramzi, un copto de 26 años, dialogó con la agencia de noticias EFE, y contó que él y su padre se salvaron gracias a un pilar de la iglesia que detuvo la onda expansiva de la explosión que, según Ramzi, ocurrió en las primeras filas de la iglesia, donde se sientan los hombres y cerca de los diáconos.

 

Ramzi relató que la sala de oración estaba repleta, que en cada banco había sentadas al menos 7 personas, y que al escapar llegó a ver en torno a medio centenar de cadáveres.

 

Cuando se empezaba a conocer la magnitud de los atentados, el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, declaró tres días de duelo nacional y difundió un comunicado en el que expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y consideró que los atentados fueron un «ultrajante acto terrorista que tuvo como objetivo tanto a los coptos como a los musulmanes».

 

Además, prometió que los ataques «no disminuirán la resolución y la voluntad del pueblo egipcio para hacer frente a las fuerzas del mal», sino que, por lo contrario, «reforzarán su determinación para seguir adelante en su camino para conseguir la seguridad, la estabilidad y el desarrollo», en el país del Nilo.

 

El Egipto de Al Sisi es un aliado de Estados Unidos en la lucha mundial contra el EI y otras milicias islamistas en Medio Oriente.

 

El papa Francisco repudió los atentados

 

Al igual que las principales potencias del mundo, el Vaticano se solidarizó con Egipto, pero Francisco envió sus condolencias especialmente a su par copto.

 

«A mi querido hermano Su Santidad Teodoro II, a la Iglesia copta y a toda la querida nación egipcia, expreso mi profundo dolor y rezo por los difuntos y heridos», afirmó el papa, antes de que el segundo atentado suicida de la jornada golpeara la catedral de esa religión cristiana en Alejandría.

 

Los coptos han sufrido una larga historia de atentados en Egipto.

 

El último los golpeó en diciembre pasado, cuando 28 fieles murieron en un atentado suicida contra la iglesia de San Pedro, junto a la catedral de El Cairo, en el barrio de Al Abasiya.

 

Los coptos son la mayoría cristiana de Egipto y de Medio Oriente. Roma y El Cairo se separaron en el siglo V por diferencias de interpretación teológicas, y recién en 1973 hubo un primer acercamiento gracias a los entonces patriarca Shenouda III y Pontífice Pablo VI.

 

Con el antecedente de esa declaración que afirmó hace 44 años que las dos Iglesias compartían la «fe fundamental», se espera que, también en este caso, Francisco y el Papa copto Teodoro II recuperen y superen ese ánimo de diálogo y acercamiento durante el encuentro que tendrán el 28 de abril a última hora en El Cairo, según el programa anunciado por el Vaticano.

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