¿Cuánto cuesta reactivar las exportaciones de madera de Misiones?

En pasadas notas sobre logística de exportaciones de productos madereros desde Misiones, se brindó información detallada de los extra-costos que tienen las industrias argentinas, respecto a industrias exportadoras de países con los que competimos de Brasil, Chile y Uruguay.

La diferencia sólo en costos logísticos -entre la carga del producto en planta hasta tener el contenedor sobre buque- es de más de U$ 2.500 por contenedor, representando más del 10% del valor total FOB de un contenedor de productos de muy buen valor agregado. Para productos de precios inferiores, la incidencia es mucho mayor.

 

Este costo extra es totalmente ajeno a las industrias, y hasta que no se desarrolle la infraestructura adecuada, a través de ferrocarriles, hidrovía y bajando los exorbitantes costos portuarios argentinos, las industrias nacionales no van a poder volver a competir en mercados internacionales.

A esto hay que sumarle los incrementos permanentes de estos costos en dólares. Sólo teniendo en cuenta el año 2016, se tuvo una inflación del 40% anual y el dólar se mantuvo al mismo tipo de cambio. No hace falta analizar mucho para darse cuenta la pérdida de competitividad que esto representó.

 

Los niveles de producción de la industria maderera argentina, concentrada en Misiones y Corrientes, son suficientes para cubrir todo el mercado nacional y llegar a los U$ 200 millones de exportaciones, con la capacidad instalada actual.

En los últimos diez años se perdieron sólo en Misiones 30.000 puestos de trabajo en el sector, que representan un 40% del total de empleos que existían. Todo esto debido sólo a la caída de exportaciones.

 

Ahora, ¿cómo se podría solucionar el tema de competitividad y qué costo fiscal tendría?

 

Durante estos últimos años se presentaron numerosos proyectos a los gobiernos nacionales y provinciales para solucionar este problema, sin lograr ninguna respuesta positiva.

La única medida tomada hasta ahora fue la eliminación de retenciones nacionales. El costo fiscal de esta medida no llega a los U$ 500.000 anuales, ya que las dos principales empresas exportadoras del país, que representan actualmente más del 80% de las ventas al exterior, cuentan con estabilidad fiscal, y no pagaban retenciones. Por lo que las mismas sólo afectaban a las Pymes.

 

Si bien no estoy de acuerdo en la otorgación de subsidios, en algunos casos, y por tiempo limitado, permiten seguir trabajando a industrias de economías regionales hasta que los problemas de fondo se solucionen.

Para volver a optimizar la producción de las industrias pymes de Misiones, e incluso de Corrientes, se debe lograr exportaciones por U$ 20 millones anuales (no se tienen en cuenta aquí exportaciones de las dos principales empresas), lo que representan 1.000 contenedores. En esos niveles se generarán cientos de puestos de trabajo, mejorará el consumo de la provincia y la necesidad de servicios como transporte, y otros.

 

Para ello, las medidas a implementar serían las siguientes:

 

Subsidio de un 10% como compensación logística a empresas Pymes que se encuentran a más de 800 km. del puerto de Buenos Aires. Esto cubriría el desfasaje de costos logísticos con Brasil, Chile y Uruguay.

El costo fiscal de esta medida representaría, en el mejor de los casos, U$ 2 millones de dólares anuales. Siempre y cuando se llegue a los niveles de exportación ideales, hasta entonces será mucho menor.

 

– Eliminación de cobro de ingresos brutos provinciales a las exportaciones de Misiones.

Actualmente la recaudación por este impuesto a empresas Pymes forestales, no llega a los U$ 200.000 anuales.

Con esta medida el fisco misionero dejaría de percibir U$ 600.000 anuales, si llegamos a los niveles de exportación ideales.

Como se ve, las medidas tienen un costo fiscal mínimo y se puede recuperar con creces con el cobro de otros impuestos que generara la reactivación de la industria y el comercio en la provincia.

Si bien en Misiones existe un reintegro provincial, este no se paga en tiempo y forma, por lo que el impacto en decisiones de venta al exterior es mínimo o ni se tiene en cuenta.

 

Otra prioridad para el Gobierno debería ser poder sentarse a dialogar con la principal industria maderera del país, que fue concebida principalmente para la exportación y actualmente vuelca gran parte de su producción al mercado local, para ver cómo puede retornar a la exportación y cómo aumentar la misma. Así además de reactivar el empleo, descomprimiría el mercado local, que está recibiendo mucho más oferta de la que consume.

 

Es decir, las soluciones de corto plazo para reactivar la industria de la madera a través de las exportaciones existen, y prácticamente no tienen impacto fiscal.

 

Sólo requiere de buena voluntad de los Gobiernos de sentarse y negociar con el sector y aplicar en forma urgente medidas que permitan compensar las distorsiones de competitividad sufrida los últimos años y debido a las cuáles se perdieron las ventas al exterior.

En economías regionales altamente concentradas como esta, los beneficios inmediatos de las medidas superarán ampliamente el costo fiscal de las mismas.

 

(*) Experto  en Comercio Internacional y propietario de la firma Carber.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas