Se cortó el envión de Jaguares, que jugaron su peor partido de la temporada: perdieron 18 a 13 con Sharks en Durban

El progresivo avance que venían evidenciando los Jaguares partido tras partido en este Super Rugby 2017 se estrelló contra la dureza de los Sharks. La estrecha derrota 18-13 en Durban da cuenta, por un lado, de que el partido estuvo al alcance, y al mismo tiempo que el equipo argentino no tuvo, como en partidos anteriores, la templanza para saber ganar el partido.

 

 

La derrota deja a los Jaguares fuera de la zona de playoff, aunque con un partido menos que Sharks, rival directo en la lucha por la clasificación, y con un largo trecho por recorrer no es para nada determinante. Duele más, en realidad, la merma en el rendimiento. Entre las falencias cabe destacar principalmente la falta de control de la pelota y el apresuramiento en ataque, la endeblez de las formaciones fijas en los momentos cruciales y una vez más la indisciplina: como en los cinco partidos anteriores, los argentinos sufrieron amonestaciones, aunque cabe destacar que se cometieron muy pocos penales (siete).

 

Como en los dos partidos anteriores con Sharks, el encuentro fue cerrado y estuvo al alcance de las manos. Como en los dos partidos anteriores, los Jaguares no encontraron claridad en sus ataques y desaprovecharon con llamativa rapidez las oportunidades que dio el rival. El local fue un equipo duro, frontal, pero que no mostró demasiadas luces con la pelota en las manos y dio en ningún momento tuvo el control del partido pese a la ventaja en el marcador.

 

 

En el primer tiempo, los Jaguares no supieron capitalizar su momento de dominio, unos 20 minutos en los que sí mostraron la solidez de los partidos anteriores, en parte porque Nicolás Sánchez estuvo impreciso (2 de 4 envíos a los palos en ese lapso) y en parte porque muchos ataques se diluyeron por errores de manejo. De una pelota perdida en franco ataque, por ejemplo, llegó el try de Cobus Reinach, que le birló de las manos la pelota a Pablo Matera y corrió 75 metros hasta aterrizar en la tierra prometida.

 

Luego del segundo try de Sharks, al inicio de la segunda mitad, y de la amonestación a Sánchez a los 17, el partido parecía cuesta arriba para los Jaguares, que perdían 15-6. Sin embargo, con más entrega que juego se pusieron a dos aun jugando con uno menos gracias a la conquista de Agustín Creevy tras una buena acción de Jerónimo de la Fuente.

 

 

El momentum pasó a estar del lado de los argentinos, pero no lo supieron aprovechar. El excesivo uso del pie y el off-load frustraban una y otra vez los avances. El scrum, que había sido dominante hasta allí (lo mejor que se vio en lo que va del año ante un equipo sólido en esa faceta), se debilitó completamente con la salida de Ramiro Herrera y el fino hilo que sostenía al line-out se cortó con la salida de Creevy.

 

Con poco, los Sharks se quedaron con un duelo cuya relevancia se conocerá cuando se hagan las matemáticas al final del certamen. Habrá revancha pronto en Vélez, pero antes una gran oportunidad de recuperarse: el próximo sábado los Jaguares van a Pretoria para enfrentar a Bulls, un equipo igualmente áspero pero que llega de una intensa gira por Nueva Zelanda y Japón en la que acumularon tres derrotas, incluida la de esta fecha ante Sunwolves. Oportunidad de volver a la senda del triunfo y, más importante, reencontrarse con su juego.

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