Para la CGT, la medida de fuerza fue «contundente más allá de los piquetes»

«Los piquetes pertenecen más a partidos políticos que a compañeros que protestan», sostuvieron desde la CGT.

Cumplido el  día del primer paro de la CGT al gobierno de Mauricio Macri, la central obrera calificó la medida como «contundente», mientras el Gobierno leyó como un triunfo haber logrado liberar, total o parcialmente, los accesos a la Capital Federal, que en las primeras horas de la mañana amenazaron con impedir el ingreso de los automovilistas que llegaban desde la provincia.

La mirada de la CGT

«El paro fue contundente, con un alto acatamiento, tal como lo planificó la CGT», dijo Héctor Daer, integrante del triunvirato de la CGT. En la misma línea el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor, Roberto Fernández, estimó que la adhesión a la medida de fuerza fue «del cien por cien» en el transporte.

Jorge Sola, secretario de prensa la CGT, flanqueado por Pablo Moyano y Omar Plaini, realizó una evaluación del paro en una conferencia de prensa, donde señaló que «la medida de fuerza fue contundente más allá de los piquetes, que pertenecen más a partidos políticos que a compañeros que protestan».

Por su parte, el Secretario General adjunto del gremio de los Camioneros, Pablo Moyano, consideró que el paro solo será exitoso «si mañana el Gobierno llama inmediatamente a una mesa de diálogo en serio, y no para la foto». Después, le pidió al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que «en vez de salir a criticar» a la CGT debería llamarlos.

Sobre el futuro del escenario político, Moyano consideró que «si siguen las agresiones a los trabajadores, las medidas de fuerza se van a profundizar», aunque consideró que «ahora hay que esperar que se enfríe esto».

La evaluación del Gobierno

El presidente Mauricio Macri prefirió hacer una referencia elíptica a la medida de fuerza y se limitó a una única frase durante el foro económico mundial: «Qué bueno que todos estamos acá trabajando».

La evaluación del paro quedó en manos de los funcionarios del Gabinete. Minutos después de que la CGT terminara su evaluación de la jornada en la instancia formal de la conferencia de prensa, funcionarios del Gobierno y legisladores de Cambiemos salieron a cuestionar la medida de fuerza y a ratificar el rumbo de la gestión.

El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, afirmó que hay intencionalidad política detrás del primer paro general que la CGT lleva a cabo contra la administración de Mauricio Macri, y advirtió que esa actitud implica «un costo de miles de millones de pesos que se le quitan a la Argentina».

El viceministro del Interior, Sebastián García De Luca, declaró que el paro nacional responde «a una demostración de poder y a un mensaje interno que necesita dar la CGT y el propio peronismo» dentro de sus propios movimientos más que a un reclamo legítimo.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca ratificó en las primeras que el gobierno sigue con la «predisposición al diálogo», pero también advirtió que la ciudadanía voto por «un cambio».

«Consideramos que se consiguieron muchas cosas, como los cambios en el impuesto a las Ganancias, los cambios en el mínimo no imponible, las mejoras para los jubilados, las asignaciones para los hijos de los monotributistas. Creemos que el camino es el diálogo, el diálogo seguirá en la predisposición del gobierno», subrayó Triaca.

El diputado radical Alejandro Echegaray afirmó hoy que “este paro es una salida del triunvirato de la CGT para salvarse del ridículo”, y dijo que más que una huelga es “una extorsión para intentar una desestabilización” del gobierno nacional.

Al referirse a la protesta impulsada por las centrales sindicales, el legislador radical opinó que este paro “no tiene ninguna razón de ser” y dijo que la conducción de la CGT dispuso la huelga por la “incapacidad del triunvirato de ejercer el poder, para calmar la violencia de grupos radicalizados, y salvarse del ridículo que pasaron al tener que huir de su propio acto”.

Piquetes en los acceso y gran adhesión en los servicios y transporte

Con un acatamiento total al paro en trenes, subtes y colectivos, el transporte público no funcionó ni en la Ciudad ni en el conurbano, lo que colaboró sustancialmente a que mucha gente no asistiera a sus lugares de trabajo. Tampoco hubo vuelos, ni internacionales ni de cabotaje, mientras que un sector de los taxistas decidieron trabajar, y hubo un intenso movimiento de remises.

Mientras aquellos que llegaban a la Capital Federal en su automóvil pudieron circular libremente -con la excepción de un corte que interrumpió por algunas horas la intersección de las avenidas Corrientes y Callao- y se vieron beneficiados por la decisión oficial de liberar los peajes en autopistas y permitir libre tránsito y estacionamiento en la Ciudad.

También se vio un uso de bicicletas superior al habitual, y algunos trabajadores optaron por caminar para cumplir sus tareas.
La mayor dificultad la tuvieron los que querían llegar desde el conurbano, que por la mañana debieron soportar cortes y demoras en los ingresos desde Puente Uriburu, Puente Pueyrredón, Puente La Noria, Panamericana y Ruta 197, y Acceso Oeste a la altura del Hospital Posadas, entre otros puntos.

Los cortes fueron realizados mayoritariamente por agrupaciones de izquierda, y despertaron la crítica de los gremios, que dejaron en claro que no apoyaban esa modalidad.

(Telam)

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