¿Cómo y cuánto influye lo psicológico en el sobrepeso y obesidad?

El abordaje de la obesidad se realiza en la actualidad de manera interdisciplinaria, debido a que sus causas son múltiples. El equipo de salud debe tratar de esta manera al paciente para que haya verdaderamente un cambio de hábitos que mejore la calidad de vida del mismo y sea duradero. Hoy consultamos sobre los aspectos psicológicos de la obesidad al Licenciado en psicología Wilson Heisler de la ciudad de Jardín América, con el objetivo de conocer un poco más sobre la temática.

¿Qué implicancia tiene lo psicológico en el desarrollo de la obesidad?

Lo psicológico nos atraviesa en los distintos aspectos o áreas que nos componen como seres humanos. Decimos que somos seres con una conformación bio-psico-socio-espiritual, por lo que desde nuestra definición podemos comprender que somos un sistema de elementos interrelacionados en los que el cambio en una parte o aspecto de nuestra vida conlleva indefectiblemente a cambios en otras áreas, a veces no aparentemente relacionadas incluso. De algún modo y para graficar podemos acudir a la imagen de las piezas de dominós dispuestas en fila de modo que un pequeño impulso en una motiva acciones en otras. ¿Que hará a que caigan algunas piezas y otras no? dependerá de diversos aspectos, algunos incluso no del todo dilucidados, pero lo cierto es que las conductas humanas en la mayoría de las ocasiones no pueden reducirse a linealidad causa-efecto. Este ejemplo también nos hace pensar en el “equilibrio” que necesitamos para lograr en estado saludable en nuestras vidas.

Entendemos a partir de esto que cuando hablamos de una patología como la Obesidad, uno de los aspectos implicados en este desequilibrio es el aspecto psicológico, y dentro de este aspecto podemos ver implicancias en el inicio, desarrollo y mantenimiento de la patología.

Si consideramos los inicios, podemos entender que el acto de alimentarnos está muy unido e incluso es condición para la configuración de diversos aspectos psicológicos, por ejemplo el primer vinculo de un bebe al nacer con su progenitora es mediante la alimentación, la oralidad mediando esa relación madre – hijo.Desde esas etapas tempranas en adelante comienzan a aparecer diversos aspectos que se interrelacionan y se configura esa relación y otras en torno a la alimentación, la comida, la oralidad. La madre da el pecho o la mamadera al niño no solo para alimentarlo sino para mimarlo, calmarlo, luego aparece el chupete, se premia al niño con algo que le gusta comer o se lo castiga no dándole la golosina preferida, solo por citar algunos ejemplos.

Otros aspectos psicológicos también implicados se relacionan con la configuración mental y relación que una persona desarrollará con su cuerpo: la imagen que tendrá de él, una relación que puede estarbasada en el cuidado o en el desprecio, su vinculación con el placer – displacer, el cuerpo como la expresión externa de aspectos “no tangibles” como la autoestima, culpa, mandatos y los múltiples aspectos que desde lo más profundo o inconsciente a los másconscientes pueden estar relacionados.”

¿Por qué algunas personas no pueden bajar de peso solo con una dieta?

Hay personas en las cuales el sobrepeso estará más vinculado a algunos aspectos que a otros; en algunas predominan factores psicológicos que se encuentran implicados en esa condición física, podemos mencionar por ejemplo personalidades ansiosas, personas con conductas auto gratificantes, o incluso experiencias traumáticas vinculadas a los significados de la comida, alimentación, el cuerpo, etc. Sin forzar mucho la experiencia, muchos escuchamos alguna vez decir: en cierta etapa de mi vida tuve que privarme tanto de algunas cosas que ahora no pienso hacerlo… o también, tengo que “darme el gusto” ahora porque después no voy a poder.

Otro de los aspectos es la motivación. Definida como la fuerza que impulsa a la conducta, muchas personas encuentran un modelo de dieta atractivo o aconsejado, pero su motivación todavía no se encuentra en un nivel adecuado como para llevar adelante conductas de cambio, con las resistencias y dificultades que dicho proceso conlleva”.

¿Qué rol juegan las emociones a la hora de comer?

Como expresé antes, comenzamos a explorar y relacionarnos con la comida y los hábitos alimenticios junto a esas primeras relaciones de nuestra vida. Los seres humanos somos naturalmente dependientes, necesitamos de la asistencia de ese “otro” que nos asista, con cuide, nos alimente; ese “otro” que nos recibe en este mundo, nos comienza a mostrar como vincularnos con el mundo, nos alimenta y con ese acto no solo nos da comida, sino que nos da afecto, porque de no hacerlo no subsistiríamos. Desde ahí considero que el vínculo entre la comida y las emociones esta sellado.

Consideremos también la presencia de nuestra “memoria olfativa o gustativa”, la cual mediante ciertos estímulos evoca y hace que volvamos a experimentar ciertas emociones vinculadas a momentos de nuestra vida en que sabores y emociones se fundieron en una experiencia.

Podemos también pensar en los estados emocionales que condicionan nuestras expresiones alimentarias. Decimos por ejemplo, tengo un nudo en el estómago cuando estamos tensos. Te voy a comer a besos cuando alguien nos provoca ternura, incluso nos referimos las relaciones sexuales con claras analogías a lo culinario.  Hablamos de cómo expresiones emocionales, como la alegría, la bronca, la angustia, el placer, etc, se encuentran detrás del acto de comer o no comer y lo condicionan: Desde pequeños calman nuestra angustia gratificándonos oralmente; el niño que enfadado hace el berrinche de no comer angustiando a sus padres; el juntarnos con amigos o familia y “tener que” comer porque si no es como que no sabemos juntarnos o no sabemos qué hacer; el comer como gesto mediante el cual se demuestra afecto (si comiste mucho les caes bien a los anfitriones)”.

Algún consejo profesional:

Entendiendo entonces esta íntima relación, sería bueno poder buscar comprender cuando mi ingesta está motivada predominantemente por factores emocionales, es decir, cuando estoy gratificándome, castigándome, culpándome, desairándome con la comida, en lugar de alimentándome.

Así como comencé diciendo que somos seres integrales que no podemos comprendernos parcialmente, sería bueno comenzar a entender y atender integralmente la problemática del sobrepeso y la obesidad, y esto hace a que desalentemos la búsqueda de “recetas” y nos orientemos en abordar a cada persona en “su” problemática, a no aceptar “ofertas milagrosas” y comprometernos en un proceso de reencuentro con nosotros mismos que nos dirija a un cambio integral de estilo de ser y estar en nuestro mundo”.

Entrevista al licenciadoWilson Heisler por la licenciada Romina Krauss

 

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