Su madre la llevó a una juguetería y la pequeña eligió su regalo sin prejuicios.
Brandi Benner le había prometido a su hija Sofía que cuando cumpliese un mes usando el inodoro le haría un regalo especial que ella eligiese.
Cumplido el objetivo, Brandi llevó a Sofía a una juguetería y la niña eligió una nueva muñeca.
Cuando estaban en la caja, la empleada le preguntó a Sofía si iba a un cumpleaños. La madre y la hija se hicieron las distraídas. Pero la cajera insistió: «¿La elegiste para una amiguita?».
Brandi presintió hacia donde iba la cajera con sus comentarios y le echó una mirada furiosa. Pero la empleada volvió a preguntarle a Sofía: «¿Estás segura de que ésta es la muñeca que quieres, linda?». «Sí, claro», respondió la niña.
Pero la cajera no se dio por satisfecha. «Pero ella no se ve como tú. Tenemos un montón de otras muñecas que se parecen más a ti». Cuando Brandi estaba por insultar a la cajera, su hija se adelantó y respondió: «Sí se parece a mí. Es una doctora, como yo. Es una nena bella, como yo. ¿Has visto qué lindo es su cabello? ¿Y su estetoscopio?».
Recién entonces la cajera se dio por vencida: «¡Oh! ¡Sí! Es hermosa».
Brandi compartió la historia de su visita a la juguetería en Facebook y enseguida se volvió viral.
«Esta experiencia me confirmó que nacemos sin la idea de que el color sea algo que importe. La piel viene en diferentes colores como el pelo y los ojos, y cada uno es bello», escribió la orgullosa madre. (Infobae)
