Masacre de Panambí: insisten en que se desestime la reveladora declaración que brindó Cristian Knack antes de morir

El expediente por la llamada Masacre de Panambí, el letal asalto que le costó la vida al maderero Oscar Carlos Knack (45), su esposa Graciela Mojsiuk y dos de los hijos de la pareja, hijos Bianca (12) y Cristian (25), está en el Tribunal Penal de Oberá, donde se desarrollan los trámites para el debate oral y público. En esa instancia, trascendió en las últimas horas, la defensa de uno de los imputados pidió la nulidad de la declaración que días antes de morir prestó Cristian Knack. También de la llamada anónima que orientó a los investigadores hacia San Javier, localidad donde residían los tres acusados que tiene la causa.
El planteo lo hizo Ramón Grinhauz, abogado del chapista Marcial Alegre. Ahora los camaristas Francisco Aguirre, Lilia Avendaño y José Pablo Rivero corrieron vista a la Fiscalía y luego del dictamen del Ministerio Público, resolverán el recurso.
No es nueva la estrategia de Alegre de pedir que no se tenga en cuenta ambas pruebas. El rechazo a la testimonial de Cristian, que se llevó a cabo en el hospital Madariaga, donde se encontraba internado en estado crítico, tiene que ver que se hizo sin la presencia de la jueza Alba Kunzmann de Gauchat ni de su secretario. En las distintas instancias anteriores, planteos similares fueron rechazados sistemáticamente. Ahora correría la misma suerte.
El otro pedido es que se desestime la llamada anónima que alertó a los detectives sobre la pista San Javier.
El abogado sostuvo que un anónimo no puede ser el pilar de una acusación tan grave como la que pesa sobre su defendido.
La cuestionada llamada, que se hizo desde un locutorio de Alem el 26 de mayo de 2014, llevó a los detectives hasta San Javier, donde detuvieron al ex prefecturiano Pablo Julio Paz y a Juan Ramón Godoy, luego de un allanamiento en el taller de Alegre, arrestado días después en Garupá, donde estaba oculto.
Los tres sospechosos recibieron la prisión preventiva por el atraco que sucedió en una casa del kilómetro 7 de la ruta provincial 5, en Panambí, el 25 de mayo de 2014. Ese día, una banda de cinco asaltantes copó la casa del maderero Oscar Carlos Knack (43) y lo tomó de rehén, junto a su mujer Graciela (42) y dos de los hijos del matrimonio, Bianca (12) y Cristian (25). Después de despojarlos de unos 300 mil pesos provenientes de una carga de madera que habían vendido, les prendieron fuego a las víctimas. Con el correr de los días, todos murieron.
Cristian Knack dejó de existir el 30 de junio a las 14.30. Días antes declaró ante una comisión policial, teniendo como testigos a su tío y a una enfermera, lo que sucedió el día de la barbarie: “Ese día llegué a mi casa a la tardecita, mis papás empezaron a contar la plata que había llevado. Comí un pedazo de torta porque era el cumpleaños de mi hermana. Después empezamos a mirar televisión, media hora, más o menos, en el sofá. Cuando llegué eran las 19 o 19.30, estaba oscuro y lloviznaba. Ahí llegaron al menos cinco encapuchados, entraron por la puerta trasera, uno de ellos tenía un hierro en la mano y otro un revólver, no sé de qué calibre, negro y largo. Nos agarraron, querían plata. Mi papá les dijo que no había. Entonces me agarraron a mí y me llevaron a la pieza de mi hermana, me ataron boca abajo con un cinto las manos y los pies, mientras me pegaban patadas. Me pedían la plata, y yo les respondía que no teníamos, porque era fin de semana y habíamos pagado a la gente. Al poco tiempo trajeron a mi papá y le pegaban. Ahí encontraron la plata que yo llevé, pero querían más. Había cheques, pero ellos decían que no eran pavos, que querían más plata. En ese momento me rociaron a mí y a los demás con alcohol que ellos habían llevado, porque en casa no había”.
La Masacre de Panambí fue el hecho más siniestro de la historia criminal misionera. Este año, se estima, se concretará el juicio.

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