Las grandes contradicciones del planeta: entre el mayor desarrollo científico y tecnológico pero con millones de personas con hambre severa y pobreza extrema

Un encuentro académico internacional se realizó en México semanas atrás, denominado  “SAI:Explorando tecnologías de punta para el combate a la pobreza”, que contó con valiosas participaciones para enriquecer el intercambio de experiencias relacionadas con el uso de las nuevas tecnologías para combatir la pobreza, fomentar el diálogo entre la comunidad académica para la creación de prácticas benéficas y alianzas para combatir la desigualdad social en el país y en el mundo.

Argentina fue protagonista de este encuentro con la presencia de referentes del país. El seminario contó con una conferencia magistral a cargo del Dr. Bernardo Klisberg – director científico del SAI-, mientras que uno de los miembros del panel de la sesión plenaria para la reflexión, intercambio y diálogo sobre “Una mirada desde los países y los organismos internacionales”, contó con el aporte Hugo Varsky, presidente del Programa Latino Americano de Nuevas Estrategias en Tecnologías Avanzadas (P.L.A.N.E.T.A) con base en Misiones, fundación impulsada por la firma Dextra SA, un espacio lleva adelante la conducción de más de 40 personalidades de Argentina y América Latina.

 

En la sesión plenaria se compartieron ideas centrales en torno al uso de la tecnología para atender causas sociales, como herramientas para la lucha contra la pobreza, impulsando estas temáticas y apuntando a generar “alianzas virtuosas”.

 

 

En diálogo exclusivo con Misiones Online, Varsky marcó las principales conclusiones que se llevó del encuentro internacional. “La creciente conciencia y difusión de la magnitud de la pobreza extrema y sus efectos en particular en los niños está generando, a nivel mundial, diversas acciones e iniciativas que aborden esta tragedia contradictoria con el desarrollo humano. En tal sentido, asistimos a un crecimiento importante de la conciencia acerca de que históricamente el desarrollo científico y tecnológico ha servido a la humanidad para crecer y desarrollarse”, señaló.

 

En esta línea, explicó por otra parte que “las visiones que tienden a independizarlas y vincular a la tecnología con el alto consumo, con altas rentabilidades, con el desarrollo armamentístico o cualquier alternativa que la divorcie de su razón sustantiva, es racionalmente insostenible. Por tal razón, actividades como la desarrollada en México con un muy alto compromiso público y de las universidades y organizaciones sociales se están desplegando a nivel internacional”, destacó Varsky.

 

La presencia de referentes de la Argentina, en particular del Dr. Bernardo Kliksberg y la Fundación P.L.A.N.E.T.A. constituyó en parte de la acción que se viene desplegando en ese sentido.

 

Kliksberg, reconocido economista y promotor del combate a la pobreza, destacó que a lo largo y ancho del planeta hay experiencias exitosas de cómo la ciencia y la tecnología están siendo utilizadas para mejorar la vida de los pobres. Pero a su vez reflexionó en su conferencia que “en el planeta hay grandes contradicciones: el desarrollo científico y tecnológico es descomunal; no obstante, millones de personas viven en situaciones precarias. Por ejemplo, mil millones de personas subsisten con menos de dos dólares diarios¸ hay 800 millones de seres humanos que tienen hambre severa, teniendo como destino único enfermarse o morir; en tanto que dos mil millones padecen “hambre silenciosa”, es decir, que carecen de los seis micronutientes básicos; al tiempo que 16 mil niños menores de cinco años mueren a diario por causas evitables”, graficó.

 

De esta manera, el reconocido economista insistió en su mensaje en que los grandes retos mundiales son la desigualdad, la pobreza y el cambio climático, problemáticas que siempre repercuten en los más desfavorecidos y vulnerables, es decir, los pobres. Señaló que “poner la ciencia y la tecnología al servicio del combate a la pobreza es preponderante. Siendo así que es urgente detonar las sinergias entre todos los sectores para el desarrollo de proyectos encaminados al bienestar social”.

 

Y es que, señaló, frente a estos grandes problemas se puede actuar de dos formas: verlos como abrumadores, o bien actuar para solucionarlos; e instó: “Más vale encender una luz que maldecir la oscuridad”.

Destacó en su conferencia magistral que, este evento internacional buscó concientizar sobre los impactos que puede tener la aplicación de las nuevas tecnologías en mejorar la calidad de vida de personas de escasos recursos.

 

 

La gestión del conocimiento

 

Por su parte, Varsky analizó que “no solo hay que contemplar las más altas tecnologías para aplicar a revertir este flagelo. Hay tecnologías históricas que no se aplican por desconocimiento o falta de difusión. Precisamente, la Fundación P.L.A.N.E.T.A. está impulsando en la provincia de Misiones un amplio y avanzado programa de desarrollo de la Espirulina que constituye un micronutriente sustantivo, fuertemente impulsado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y que garantiza a los niños los nutrientes básicos imprescindibles para su normal crecimiento”, adelantó el directivo.

 

En el panel, Varsky intentó orientar sus reflexiones hacia la necesidad de otorgarle a estos desafíos una mirada latinoamericana e integradora. “Precisamente, América Latina dispone de las riquezas naturales que el mundo necesita: alimentos, energía, agua dulce, biodiversidad, minerales. Estas riquezas las compartimos de diverso modo, entre todos”, remarcó.

 

En este sentido, consideró que se trata de aplicar las más altas tecnologías para agregar valor a esas riquezas. “Hay que estar en condiciones de ofrecernos a nosotros estas tecnologías, pero también al mundo riquezas naturales con el mayor valor agregado”, dijo. “Si tenemos litio, no venderlo en “crudo” sino como baterías  avanzadas. Y así, agregar valor en cada riqueza natural”, precisó.

 

 

Para Varsky, el desafío es generar cadenas sociales de valor donde intervengan todos los actores necesarios: el sector público, el productivo (en especial PYMES), el científico-tecnológico, el financiero, el logístico, el territorial. “En nuestra visión, se debe dar un particular respaldo al rol de los territorios: las provincias, los estados, las gobernaciones. Ahí están las riquezas y los actores”, recalcó.

 

En tal sentido, convocó a los Estados mexicanos, a cada uno de ellos -a través de proyectos que estaban presentes en el Seminario-, a tomar contacto con las provincias argentinas, exponiendo como ejemplo el particular espacio geopolítico que ocupa Misiones y su zona de influencia. “Las respuestas y el interés activo que percibimos fue muy significativo”, afirmó Varsky.

 

Entre los primeros resultados de la participación en el panel, lograron concretar para abril la visita de una delegación de más de 30 expertos en Comercio Exterior en la Argentina, encabezados por la Fundación de Vos a Voz y la Cámara de Comercio Mexicana-Argentina, en acuerdo con la Fundación P.L.A.N.E.T.A. para avanzar en la dirección señalada.

 

Las reuniones se concretarán en la Casa de Misiones, sede oficial del Gobierno de la Provincia de Misiones en Buenos Aires, dónde se efectuarán parte importante de las actividades previstas.

 

“En esta perspectiva vemos que Tecnología, Integración, Cadenas de Valor y un muy activo rol del Territorio constituyen una contribución cierta en el combate contra la pobreza y la indigencia”, concluyó Varsky.

 

 

Seminario en México

 

Las instalaciones del Centro Cultural Roberto Cantoral, ubicado en la Ciudad de México, el pasado 7 de marzo fueron sede del Primer “Seminario Académico Internacional (SAI): Explorando tecnologías de punta para el combate de la pobreza en México”, el cual tuvo como propósito generar un espacio en el que se discutan y analicen desde un punto de vista académico, las mejores prácticas nacionales e internacionales en torno al uso de la tecnología para atender las causas sociales.

 

El Seminario fue una iniciativa del CONACyT, la SEDESOL, el Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (INFOTEC), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Universia, Santander Universidades y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Asimismo, contó con las colaboraciones internacionales de la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendimiento Social (RedUnEs), y la Fundación P.L.A.N.E.T.A.

 

El encuentro concluyó con una convocatoria de 1000 personas registradas, entre  académicos, representantes de organizaciones de la sociedad civil, emprendedores, integrantes de gobiernos y estudiantes, provenientes de diversos estados del país. Asimismo contó con las participaciones destacadas de ponentes de Paraguay, Argentina, Colombia, Israel, Brasil, y Estados Unidos.

En México, 46.2 por ciento de la población vive en pobreza, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), lo que significa que casi la mitad de los habitantes tiene desnutrición, no tiene acceso a servicios de salud, educación, agua potable o seguridad, además de que tiene muy bajos ingresos y condiciones precarias en su vivienda.

Las estrategias que se han aplicado en este país latinoamericano corresponden mayoritariamente a programas gubernamentales aplicados a diferentes fines, en tanto que organizaciones de la sociedad civil y de la iniciativa privada contribuyen con múltiples esfuerzos; no obstante, no cubren las necesidades actuales.

 

Durante una exhaustiva jornada se exhibieron proyectos que, mediante la aplicación de herramientas científicas y tecnológicas, buscan mejorar la vida de las personas en pobreza, tanto en México como en otras naciones; también se compartieron experiencias y casos de éxitos de otras latitudes.

Desde iniciativas de dispositivos y aplicaciones para la detección de cáncer cervical o capacitación para mujeres en ingeniería de energía solar, pasando por propuestas que involucran a las comunidades marginales para alumbrar sus calles, hasta plataformas gubernamentales para medir y vincular las políticas públicas en materia de desarrollo social, fue lo que se presentó.

 

En el encuentro, el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero Mendoza, detalló que México está transitando a ser una sociedad del conocimiento, en la que el diseño de las políticas públicas y programas gubernamentales se inspiren en la evidencia científica. “Que el saber científico y tecnológico que se genera en el país pueda abatir desigualdades, pobreza, exclusión, así como todo tipo de problemas de salud, de educación y medioambientales; porque este progreso no puede darse a costa del bienestar”, dijo.

En su oportunidad, el subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Javier García Bejos, indicó que en el país no habrá justicia si se construye sobre escenarios de desigualdad y falta de oportunidades. “Con pobreza, la justicia social es escribir leyes que no se cumplen; con pobreza descorazonamos a los jóvenes y cancelamos la posibilidad de vivir mejor”, concluyó el funcionario.

 

 

Por Patricia Escobar

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