Desgarrador testimonio de una víctima del Instituto Próvolo: «Ahora tengo valor para contar lo que sufrí»

Con lenguaje de señas y la asistencia de una intérprete y un psicólogo, una adolescente pudo relatar el horror al que fue sometida por un cura del Instituto Próvolo donde estuvo albergada junto a otros chicos sordos. “Ahora, gracias a mi terapeuta, tengo valor para contar que fui violada”, relató, en sistema de Cámara Gesell, la víctima que sufrió el abuso a los 5 años y ahora tiene 17.

El colegio del horror funcionó hasta noviembre de 2016 en Mendoza. Fue cerrado en febrero de este año por las autoridades escolares, cuando llegaron las primeras denuncias judiciales de abuso sexual y violaciones a los menores internados desde el año 2005 hasta 2016. Desde entonces, cinco hombres permanecen detenidos y acusados por los abusos sexuales, dos de ellos son sacerdotes: Nicola Corradi (82), trasladado de Italia a la Argentina y que arrastra denuncias por violación y corrupción de menores desde hace 50 años; y el cura Horacio Corbacho (56), egresado del seminario en La Plata. Los otros tres presos son el celador Luis Ojeda (50), también sordomudo, el asistente y monaguillo Jorge Bordón (55), y el jardinero Armando Gómez (46).

La víctima, que estuvo albergada en el Próvolo desde los 5 años hasta los 15, guió al fiscal de la causa Gustavo Stroppiana, a sus asistentes y los abogados de ambas partes, hasta el baño donde fue violada. “Contó que fue abusada anal y vaginalmente por el cura Corbacho”, confirmaron distintas fuentes a Clarín. La víctima tenía sólo 5 años y recordó en su declaración judicial que esa noche, “una monja de la institución tuvo que colocarle un pañal por la cantidad de sangre que perdía”.

Esta nueva inspección de la Justicia al instituto Próvolo de Luján de Cuyo, ocurrió el martes por la tarde, al terminar la declaración en Cámara Gesell. Ella guió al fiscal por el laberíntico edificio de ladrillo visto y numerosas habitaciones. La adolescente recordó el momento en que, jugando con un compañero de su clase, subieron hasta el altillo, donde había varios cuartos cerrados. Señaló uno en particular. Allí describió que los niños encontraron “cadenas, sogas y preservativos”, que eran usados en las sesiones de violaciones.

El fiscal Stroppiana abrió la puerta y descubrió que aún había rastros para incorporar como prueba: “Descubrió un hueco en la pared como posible indicio de que haya habido una cadena amarrada, una mancha roja y restos de negativos de fotos”. Ese material fue secuestrado para ser analizado. En el primer allanamiento al instituto, en diciembre del año pasado, ya se había secuestrado material pornográfico, fotografías y dinero en efectivo en las habitaciones de los curas.

Mientras aparecen nuevos testimonios de abusos, la defensa de los cinco detenidos avanza con las acciones de apelación para revocar la prisión preventiva y solicitar libertad o prisión domiciliaria de los acusados. Por ahora sólo Corradi, por las dolencias de su avanzada edad, está con prisión domiciliaria. Esta tarde, después de una audiencia que duró 10 horas, la Procuración informó que recién el 5 de abril, la Octava Cámara del Crimen hará público su dictamen sobre si accede a dejar en libertad a los cinco detenidos.

“Insistimos que deben estar presos porque hay prueba suficiente que los compromete y porque hay víctimas que tienen miedo de seguir declarando si sus verdugos son puestos en libertad”, dijo el abogado querellante, Sergio Salinas, de la ONG Xumex.

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