Muerte del comisario: la tragedia golpeó dos veces a los Acosta en tres años

El comisario Adrián Benjamín Acosta (42) murió ayer por la tarde en su casa del barrio Altos González de Garupá cuando cambiaba el cableado de su residencia. Recibió una descarga eléctrica letal y pese al trabajo de reanimación que realizó el personal médico del hospital de Fátima, no pudieron torcer el final fatídico. Hoy lo lloran sus colegas y una familia que quedó devastada.
El policía, que trabajaba en la Dirección Reunión de Informaciones, actualmente estaba en pareja con una mujer también de la fuerza. Ella está embarazada de cuatro meses.
Pero hay más en esta historia de dolor. Acosta tenía otros dos hijos de una relación anterior, con Isolina Jazmín Stang (38), la maestra jardinera asesinada en la esquina de su casa por un ladrón que quiso robarle los pocos pesos que tenía en la cartera.
Cuando empezó a correr la noticia de la muerte de Acosta, sus allegados de inmediato recordaron a esos hijos y a la cruel marcha del destino que volvió a colocarlos ante una situación dramática.
El 6 de enero de 2014, a las 5.50, Stang, que ya estaba separada del comisario, se encontraba en la parada de colectivos de calle 127 y avenida 147. Se dirigía hacia su trabajo en un centro materno-infantil Francisco de Haro casi Almirante Brown. Pero nunc a llegó. Aparecieron dos ladrones, que quisieron llevarse su celular y los ocho pesos que llevaba en la cartera. Ella se resistió y recibió un cuchillazo en el corazón. Murió minutos después, delante de los vecinos del barrio que habían corrido a socorrerla.
El asesino Eduardo José Guzmán (21) se declaró culpable en un juicio abreviado y el Tribunal Penal Dos lo condenó a 15 años de prisión. Su cómplice en el golpe letal tenía 13 años al momento del hecho, por lo que lo liberaron: por su edad era totalmente inimputable.
Los Acosta aún lloran a su madre y ahora deben empezar el duelo por el padre. La tragedia volvió a sus vidas, otra vez.