Los investigadores tienen dudas sobre la fecha de muerte del niño encontrado en el camino que une las localidades de Miramar con Mar del Sud. Creen que su cadáver pudo haber sido guardado en una heladera durante un largo tiempo.
Además, los investigadores también descreen de la hipótesis del robo de órganos, porque eso hubiera obligado a el o los homicidas a intervenir al niño para quitárselos, luego mutilarlo de pies y manos para impedir su identificación, mantenerlo oculto para refrigerarlo, trasladarlo y arrojarlo a la ruta 11, lo que requiere demasiada logística.
De todas maneras, se solicitó a los respectivos organismos provinciales los registros de casos de búsqueda de menores de 2 o 3 años de los últimos meses o días, indicaron fuentes judiciales. Por otra parte, en las últimas horas, los peritos comenzaron a analizar un pantalón, una camisa, un cabello y un trozo de tela que fueron encontrados por buzos tácticos en cercanías del arroyo La Totora.
El hallazgo se produjo durante una serie de rastrillajes que fueron realizados por decenas de policías, bomberos y perros que revisaron metro a metro las inmediaciones del camino a Mar del Sud y su cruce con el curso de agua.
Los elementos estaban en un sector ubicado a 15 metros de la ruta, entre la banquina y un alambrado, que ahora se cree pudo ser el sitio original donde los autores del hecho dejaron el cuerpo. «Hay huellas hemáticas de arrastre. Creemos que ahí pudo haber sido depositado el cadáver y luego los perros y otros animales lo arrastraron hacia donde fue encontrado» el martes, dijo a Télam un jefe policial.
El hallazgo se produjo el martes a la madrugada, cerca de las 3, cuando un hombre de 45 años que circulaba en bicicleta a la vera de la ruta 11 divisó el cuerpo a unos 20 metros del arroyo, por lo que de inmediato se trasladó al Destacamento de Mar del Sud para alertar a la Policía.
Según las pericias forenses realizadas en la morgue judicial de la Mar del Plata, el cadáver del niño había sido mutilado de pies y manos con un elemento cortante, y sufrió además la extracción de piezas dentales, órganos -incluido el cerebro- y genitales, lo que impide conocer si se trata de una nena o un varón.
Debido a que no se presentaron familiares, la fiscal de Miramar puso en marcha junto a la Red Solidaria una campaña pública para tratar de obtener información que permita establecer la identidad de la víctima. «Estamos tratando de ubicar a los padres, abuelos, padrinos o familiares de un niño/a que esté perdido o desaparecido, o que falta de su casa en los últimos diez días», señala el pedido.