¿Cómo una alimentación saludable ayudaría a prevenir el cáncer?

Cada año se diagnostican en Argentina cerca de 100.000 nuevos pacientes con cáncer. La IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer) ha estimado para la Argentina una incidencia en ambos sexos de 217 casos nuevos por año cada 100.000 habitantes. Los casos más prevalentes son el cáncer de mamas, de colon, de próstata y pulmones.

Estudios epidemiológicos de población y genéticos específicos han demostrado una relación causa efecto entre una alimentación inadecuada y el desarrollo de enfermedades como el cáncer. Los datos apuntan a que los malos hábitos alimenticios, combinados con el consumo energético elevado, sedentarismo, además de alcohol y el tabaco, contaminación ambiental y estrés, pueden aumentar el riesgo de aparición de un tumor.

Desde lo nutricional la recomendación es una dieta variada, equilibrada y adecuada a cada persona según sus necesidades, patologías concomitantes, tolerancias y gustos. Los especialistas oncológicos avalan dicha recomendación.

  • Las guías alimentarias orientan sobre el consumo saludable que permita disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer. Así, recomiendan las frutas y verduras, que aportan fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes.
  • Los antioxidantes son los mejores aliados para prevenir el cáncer, debido a que evitan la oxidación de las células del cuerpo, manteniéndolas estables y sanas. Los mismos se encuentran especialmente en: frutas, verduras de todo tipo, infusiones como té verde y mate, aceites vegetales de oliva, canola, girasol, frutos secos.
  • Proteínas provenientes de carnes magras, especialmente blancas, del huevo y lácteos descremados, con vitamina B12, hierro y zinc. Como así también proteínas vegetales de cereales y legumbres, especialmente.
  • Se debe restringir el consumo de carnes procesadas y con grasa, embutidos, grasa vacuna, margarina y eliminar la piel de las aves antes del cocinado. El consumo de grasa debe ser moderado y se aconseja que sea procedente de alimentos vegetales, como los aceites.
  • La fibra, proveniente de legumbres, cereales, frutas y verduras, debe suponer una ingesta diaria de 30 grs, es decir, aproximadamente 3-4 porciones de frutas y verduras distribuidas en las comidas, y al menos 1 o 2 porciones de cereales y/o legumbres.
  • En cuanto a la bebida, se recomienda consumir al menos 8 vasos de agua al día, infusiones y jugos naturales. Por otro lado, la toma responsable y moderada en adultos de bebidas alcohólicas fermentadas de baja graduación (como cerveza y vino), puede disminuir el riesgo cardiovascular por su contenido en antioxidantes.
  • La actividad física es fundamental para disminuir el sedentarismo, promover la ganancia de masa muscular, reducir la grasa corporal y mejorar el sistema cardiovascular.

 

Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N°147

 

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