Jornada de protestas contra Temer paraliza las principales ciudades brasileñas

San Pablo, la mayor y más poblada ciudad de Brasil, amaneció sin colectivos ni bancos, con vías bloqueadas y con un enorme embotellamiento de vehículos particulares en un día en que fueron convocadas protestas en todo el país contra la reforma al régimen de jubilaciones propuesto por el presidente Michel Temer.

La mayoría de los conductores de San Pablo atendió la convocatoria de los sindicatos durante la jornada de protesta, en tanto que el metro funcionaba parcialmente, con sólo dos de sus tres líneas circulando normalmente.

Los pasajeros del subte paulista -que habitualmente marchan colmados- vivieron escenas grotescas debido al escaso funcionamiento del servicio.

Ante la paralización del transporte público, el gobierno municipal suspendió provisionalmente la norma que restringe la circulación de vehículos particulares según su matrícula, con lo que, con miles de automóviles en las calles, la ciudad afrontó un enorme embotellamiento.

De acuerdo con la Compañía de Ingeniería de Tráfico de la alcaldía de San Pablo, el embotellamiento en la ciudad se extendía por 149 kilómetros.

Al gigantesco atasco contribuyeron los bloqueos de algunas vías promovidos por organizaciones sociales como el Movimiento de los Sin Tierra (MST) que participaron en la convocatoria de protesta.

El Hospital das Clinicas de San Pablo, el más grande de América Latina, prestaba atención de emergencia, ya que los sindicatos de sanidad apoyan la protesta.

«Este gobierno no tiene legitimidad para las reformas porque no tuvo votos. Los financistas del golpe quieren estas reformas para aumentar lucros y quitar derechos. Para el trabajador será una desgracia», dijo Douglas Izzo. presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT) paulista.

Una jueza de San Pablo, María Gabriella Pavlopoulos, ordenó garantizar transporte mínimo a líneas de colectivos que pasan por hospitales, en un fallo que difundió a la par de una declaración política: «Un día sin trabajo es un día sin pan en la mesa de millones de familias que dependen del trabajo informal», dijo.

En Salvador de Bahía, docentes cortaron las principales calles de la ciudad al grito de «Fora Temer», en tanto en Brasilia unos 1.500 militantes del MST ocuparon desde la madrugada los halls de acceso al ministerio de Economía.

Otro numeroso grupo concentró desde temprano sus reclamos y protestas frente a la Catedral de Brasilia.

En tanto, manifestantes llegaron a bloquear casi una hora la Vía Dutra, una de las principales autopistas del país y que comunica Río de Janeiro y San Pablo, en tanto que otro montó un bloqueo en la Raposo Tavares, otra importante vía de acceso a la mayor ciudad de Brasil.

Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais, amaneció sin el servicio del metro, en tanto que Recife, capital del estado de Pernambuco, enfrentaba una huelga parcial en el metro, así como bloqueos en algunas calles.

Las paralizaciones parciales se repiten en varias de las ciudades del país en una demostración de fuerza de los sindicatos y movimientos sociales que convocaron el Día Nacional de Movilización y Paralización contra la Reforma de las Jubilaciones.

Las protestas fueron convocadas por el Frente Brasil Popular y por el Frente Pueblo Sin Miedo, que reúnen a sindicatos como la CUT, (la mayor unión sindical de Brasil) y la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB), al igual que a grupos sociales como el MST.

La mayoría de los organizadores de las protestas está vinculada al Partido de los Trabajadores (PT), la formación de los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, destituida en agosto pasado por violaciones a las leyes fiscales y sustituida por Temer.

Los sindicatos protestan contra la polémica reforma al régimen de jubilaciones y pensiones que Temer presentó a consideración del Congreso en diciembre y que eleva a 65 años la edad mínima para que tanto hombres como mujeres puedan acceder a esos beneficios.

Según las leyes actuales, en Brasil las mujeres pueden jubilarse con 30 años de aportes y los hombres con 35 y no existe para ello ningún límite de edad, con lo que hay quienes llegan a acogerse al sistema de protección social con apenas 50 años.

Las alteraciones en el régimen de jubilaciones y pensiones son parte de una serie de medidas de ajuste estructural que ha propuesto Temer, entre las cuales una medida ya aprobada por el Congreso que limita el aumento del gasto público anual a la inflación del ejercicio anterior.

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