El nene, de unos 10 años y vestido de árbitro, se acercó al vestuario del juez oriundo de Corpus Néstor Pitana, para contarle su fanatismo por el referato. «A los 8 años le empezó a gustar, me pidió ropa de árbitro y no hay», contó su papá frente al micrófono, con un dejo de sorpresa. «A veces mis amigos me dicen que dirijo pésimo», confesó entre risas el pequeño.
No le gusta jugar al fútbol, solo dirigir partidos, según contó. Y así, con esa ropa particular y las tarjetas en el bolsillo delantero de la camiseta de árbitro, charló con Pitana. Ya sabe qué será en el futuro.