Desarrollo Social de Nación recorre la provincia casa por casa acercando asistencia y capacitación

Miguel Ángel “Tati” López Vedoya, delegado en Misiones de la cartera que conduce Carolina Stanley, viene desarrollando desde hace más de un año una tarea minuciosa de relevamiento de necesidades y de asistencia personalizada. “La idea es acercarnos a la gente, recorrer los barrios y asentamientos en las zonas más postergadas de la provincia. Eso nos permite ser más eficientes en la asistencia, darle a cada persona, a cada familia, lo que necesita que puede ser alguna ayuda urgente para reparar o mejorar una vivienda, talleres familiares o entrega de elementos para algún emprendimiento”, indicó el funcionario.

Desde que asumió como delegado en Misiones del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, López Vedoya se propuso convertir a esa área en un conducto directo entre las distintas opciones de asistencia social y de apoyo al desarrollo que ofrece la Nación y la gente que compone los sectores más postergados de la provincia. Para ello viene llevando adelante un particular sistema de trabajo basado en la presencia efectiva en territorio y el contacto directo con las personas.

“Para nosotros es fundamental ir a buscar a la gente a la que pretendemos ayudar, hablar con ellos, ver cuáles son sus condiciones de vida, sus historias particulares, porque no todos necesitan lo mismo ni tienen las mismas urgencias. Todo la información que recabamos en los relevamientos nos permite planificar mejor la asistencia”, señaló el funcionario.

Explicó por ejemplo, que luego de recorridas por distintas zonas de Santa Ana, Candelaria y Cerro Corá, identificaron que uno de los problemas más comunes pasa por las falencias estructurales en las viviendas, especialmente en los techos, entonces la asistencia en esos lugares se concentró en la entrega de chapas y tirantes, además de otros elementos para refaccionar o mejorar las casas.

En otros casos, la ayuda va orientada a consolidar a fortalecer microemprendimientos mediante la entrega de elementos y capacitación. López Vedoya puso como ejemplo el caso de Ricardo, un carpintero que vive con su hijo David de ocho años en San Ignacio. “Es un trabajador humilde que terminó la escuela primaria y aprendió de su padre el oficio de carpintero. Ocupa un terreno fiscal y tiene un ingreso mensual que apenas llega a los 2.000 pesos. Aún así logra pagar todos los meses la electricidad y el agua. A pesar de las necesidades que debe enfrentar, educa con esfuerzo a su hijo y lo envía regularmente a la escuela. Quiere vivir de su oficio y progresar con su trabajo, por eso desde el Ministerio de Desarrollo Social de Argentina lo estamos ayudando a fortalecer y a mejorar su emprendimiento”, indicó el funcionario.

Otro de las intervenciones puntuales que recordó López Vedoya involucra a una madre y su hija, quienes juntas se las ingenian para sacar adelante una familia compuesta por nueve integrantes. “Gladys nació en Campo Grande y trabajó desde muy pequeña. Su mayor deseo es que sus hijos salgan adelante, capacitados para acceder a una mejor vida. Por eso, a pesar de que no recibe ningún tipo de ayuda o cuota alimentaria del padre de sus hijos, se esfuerza todos los días para enviarlos a la escuela. Comparten todo en su humilde vivienda en el barrio Apepú, en Santo Pipó. En este caso vamos a ayudar a equipar esta casa”, indicó.

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