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Hay dos misioneros detenidos acusados de integrar la banda que cayó con 752 kilos de marihuana en Córdoba

La banda intentaba traficar la droga para distribuirla en territorio cordobés con una logística más que llamativa. Hay siete detenidos imputados por la Justicia federal: entre ellos una pareja de misioneros, dos de Corrientes, dos cordobeses y un paraguayo.

Dos de ellos se encargaban de financiar la compra y organizar la posterior distribución de la droga en territorio cordobés. Otro hombre y su mujer aseguraban el exitoso transporte de la marihuana desde Paraguay hasta Córdoba. Y uno más tenía la misión de llevar el pago hacia el país productor de la droga.

La distribución de roles en torno a la banda que pensaba insertar 752 kilos de marihuana en Córdoba fue descripta por los investigadores de la Policía Federal Argentina, que el viernes pasado realizaron una conferencia de prensa para resaltar los últimos operativos exitosos de esta fuerza en la provincia.

Según la causa que llevan adelante el juzgado federal N° 2, a cargo de Alejandro Sánchez Freytes, y la fiscalía federal N° 2, liderada por Gustavo Vidal Lascano, al menos siete personas se complotaron para intentar realizar el millonario contrabando de droga.

La llamada “Operación Gauchito”, ya que uno de los investigados decía encomendarse al Gauchito Gil para tener éxito en sus transacciones ilegales, tuvo su punto cúlmine el pasado sábado 25 de febrero.

Esa mañana, en pleno centro de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, en calle Victoria, entre San Luis y Rosario del Tala, los policías antidrogas de la delegación Córdoba de la Federal le cortaron el paso a una camioneta BMW X3, de alta gama, que tenía los vidrios polarizados.

En la parte trasera, casi sin disimulo, estaban los 752 kilos de marihuana compactados en ladrillos.

Según explicó el jefe antinarcóticos de la Policía Federal en Córdoba, Enrique Quinteros, no se trató de ninguna imprevisión por parte de los investigados.

 

Financiación

De acuerdo con el seguimiento y las intervenciones telefónicas, en la ciudad de Córdoba, Gabriel “el Gaby” Ludueña, un hombre con varios antecedentes por narcotráfico que vive en Urca, y un sujeto de apellido Brizuela, que explota un lavadero en barrio Yapeyú, se pusieron de acuerdo para financiar una millonaria compra de marihuana.

Para ello, siempre según consta en la causa, se pusieron en contacto con Daniel Irrazábal, un misionero de Posadas que les aseguraba llevar la droga a Córdoba sin inconvenientes.

La marihuana paraguaya fue cruzada hacia Loreto, Corrientes, donde la banda tenía otro contacto, y desde allí comenzó el largo viaje hacia Córdoba, el 22 de febrero.

Lejos de ir por rutas tradicionales, la BMW X3 iba por detrás de un Renault Sandero, que tenía como misión “abrir” el camino.

En la jerga, significa que este auto viajaba más adelante para advertir sobre algún control. Cuando lo divisaban, se salían de la carretera y continuaban por los sinuosos caminos de los Esteros del Iberá.

Incluso, es común que los traficantes “sacrifiquen” algún vehículo en este tipo de viajes. ¿Cómo es esto? El que va adelante, y no lleva droga, si advierte algún control imprevisto, tiene que distraer a los policías o gendarmes que estén en la ruta.

Para ello, puede realizar alguna maniobra sospechosa que obligue a alguna persecución, o detenerse sin la documentación requerida. Lo que sea para asegurar que los que vienen atrás no sean frenados.

“Ya tenían estudiado dónde había controles, habían planificado todo”, indicó Quinteros, quien trabajó toda la logística con su número 2, el subcomisario Marcelo Simionatto.

Todo esto explica la decisión de llevar la droga toda junta en un sólo vehículo sin grandes camuflajes.

Aunque el rodado elegido, de alta gama, también da la pauta de que los traficantes conocen los prejuicios que guían a los controles ruteros.

Sin embargo, al ingresar en territorio entrerriano, la banda se topó con un puesto policial que no tenía en cuenta, cerca de la localidad de Chajarí, lo que la obligó a ir por un camino alternativo que no pensaba tomar. Esto retrasó aún más un viaje que ya venía demorado.

Según la causa, entre los vehículos se iban comunicando con radios tipo handy , pero este último desvío hizo que se agotara la batería de uno de los equipos, por lo que debieron hablar por celulares otra vez. Todo era seguido de cerca, por tierra y por intervenciones telefónicas.

 

Operativos

Ya en Paraná, la banda encargada de transportar la droga se reagrupó. Y en ese momento, los investigadores ordenaron cortarles el viaje. Es que no estaba claro dónde pensaban almacenarla en Córdoba, por lo que temían perderle el rastro kilómetros más adelante.

En ese operativo, se halló toda la droga y fueron detenidos Irrazábal, su mujer Elisa Grim, y otra pareja de correntinos que habían ido todo el viaje de apoyo en una camioneta Volkswagen Amarok que tenía grandes calcomanías del Gauchito Gil.

De manera simultánea, se libraron las órdenes de detención en la ciudad de Córdoba.

En el domicilio de Urca fue apresado Ludueña y el paraguayo que, según se presume, estaba esperando para cobrar el cargamento una vez que arribara a su destino final. Según las escuchas, el pago incluía un Volkswagen Vento.

Además, en barrio Yapeyú fue detenido el otro sospechoso, de apellido Brizuela.

En total, hay siete detenidos (cinco varones y dos mujeres), cuatro camionetas (una Fiat Toro, dos Volkswagen Amarok y la BMW X3) y cuatro autos (el Vento, el Sandero, un Ford Ka y un Volkswagen Palio) secuestrados, y se incautaron 32 teléfonos celulares.

 

(Fuente: La Voz, de Córdoba)

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