“El narconegocio se instaló, destruye familias y mata”, dijo en Itatí el arzobispo de Corrientes

En el último fin de semana de las vacaciones, Itatí fue el punto de encuentro de diversas comunidades parroquiales, movimientos e instituciones y las distintas áreas pastorales de la Arquidiócesis de Corrientes.
La convocatoria fue para participar de la apertura del Año Pastoral, que da inicio a las actividades en la comunidad religiosa correntina.
Desde primeras horas de la mañana el pueblo de la Virgen comenzó a recibir a peregrinos, devotos y promeseros. Cientos de familias de la región aprovecharon el día para visitar a la Virgen Morena y pedirle su bendición.
Una extensa fila de vehículos, muchos de ellos recién salidos de la concesionaria, desfilaron también para ser bendecidos por los sacerdotes de la Basílica junto a sus dueños.
A media mañana, frente a la terminal de ómnibus de la localidad, a pocas cuadras del santuario mariano, se congregaron los niños y jóvenes scouts, los párrocos de distintas comunidades de la provincia, delegados de las distintas áreas pastorales que integran el Arzobispado local y miles de fieles que se sumaron al ver pasar a la Virgen peregrina.
Con la imagen de María de Itatí encabezando la marcha, el arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik, inició la caminata en procesión para presidir la misa de las 11.
El prelado inició su homilía saludando a los religiosos, grupos y movimientos presentes, en tanto indicó que “se ha convertido en una hermosa tradición venir a los pies de nuestra Madre para encomendarle a Ella el inicio del año pastoral de nuestra Arquidiócesis, esa es la motivación principal que nos reúne esta mañana”, recordó.
Pero no excluyó el tema que mantiene a Itatí en el centro de la mirada nacional: el narcotráfico.
Como lo había hecho en reiteradas oportunidades anteriores, cuando advirtió que la costa itateña “es la puerta de entrada de la droga”, Stanovnik ratificó su crítica y su mensaje de alerta sobre el flagelo.
“El narconegocio se instaló en nuestro país, prospera exitosamente, destruye familias y mata”, expresó.
En ese sentido, advirtió también que “las comunidades dan cuenta de que el tendal de enfermos que produce la droga es cada vez mayor”.
Al mismo tiempo, sostuvo que “un dramático testimonio de esta plaga lo puede dar Itatí, el pueblo de la Virgen, al que acompañamos para que sea reconocido por los más de 400 años de fidelidad al Evangelio y a María de Itatí, antes que por los desgraciados acontecimientos de estos últimos tiempos”, manifestó.
Durante el día además se reflexionó sobre el III Subsidio de la Año de la Misericordia y se entregaron donaciones de alimentos no perecederos y artículos de limpieza e higiene para el Pequeño Cottolengo Don Orione que funciona en la localidad.

Fuente: diario Época

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