La no vidente se llama Olga Souza, tiene 57 anos, y fue blanco de críticas y ataques esta semana cuando fue a la playa con su perro guía Darwin.
Todo comenzó cuando una bañista se sintió molesta por la presencia del animal en la arena de Camboriú, -situación permitida por ley para estos casos-, y convocó a la Policía.
Minutos después una patrulla llegó al lugar, discutió con la mujer ciega, -que insistía en defender sus derechos-, e incluso los uniformados estuvieron a punto de llevarse el perro. La situación fue resuelta cuando llegó un oficial de la Policía Militar y les explicó a sus colegas que actuaban en el episodio, que efectivamente la no vidente y su perro lazarillo estaban amparados por la ley.
Olga es ciega y tiene en Darwin a su par de ojos. El perro, -un flat coated retriever-, fue entrenado en el Instituto Federal Catarinense (IFC) y entregado a la mujer el año pasado. La auxilia también en el trabajo, es profesora de historia, y en todos los momentos de la vida.
Con respecto al incidente, contó que le explicó a la mujer que era un perro guía y que nunca lo dejó suelto. También dijo que les explicó a los policías que la permanencia del perro en lugares públicos y privados está amparada por ley.
La situación fue resuelta cuando Olga llamó a los técnicos del curso de adiestramiento de perros. Ellos se comunicaron con la Policía Militar y un oficial fue hasta la playa de los incidentes y les comunicó a los uniformados que estaban en el lugar, que la ley asistía a Olga y su perro lazarillo.
(Diario Catarinense)