Práctica de yoga en el embarazo, muy elegida por las posadeñas

Actualmente el yoga es una actividad muy recomendada por sus múltiples beneficios en la perfecta unión del cuerpo, la mente y el espíritu; y durante el embarazo la profesora Clarice Neves lo enseña obteniendo excelentes resultados en sus alumnas de Posadas.

 

Realizar yoga durante el período de gestación es importante para la mujer, porque va cambiando su organismo constantemente y sus movimientos comienzan a restringirse: se va cansando, siente que no le entra el suficiente aire y se agita.  Por esto el yoga aporta ese reconocimiento del cuerpo, sumado al trabajo profundo de respiración, relajación y meditación.

La profesora de yoga y Zen Shitsu, Clarice Neves, explica: “el ejercicio del Yoga durante el período de gestación ayuda a ir aceptando el cambio, a disfrutar esos límites y comprenderlos. Cuando una mujer comienza a realizar esta disciplina nota como su cuerpo se va elongando, en cambio cuando lo practica una embarazada cada vez su cuerpo se limita más”.

Físicamente tiene múltiples beneficios como el estiramiento del cuerpo, aprender a respirar, y también algunas técnicas que ayudan en el momento del parto –como relajar y transitar las contracciones-. Al mismo tiempo la clase también es: “un momento de conexión de la mamá con su bebé, ya que por la vorágine diaria de otra manera no sería posible. La clase de Yoga las acerca a esa profundidad y unión”, decía Clarice.

Esta actividad se puede realizar desde el comienzo hasta el final del embarazo: “Hay una de las chicas que toma las clases, que tuvo su bebe el año pasado, vino hasta un martes y al siguiente parió. No hay ningún problema si la persona tiene un embarazo normal y no necesita reposo lo puede realizar”, contaba la profesora Neves.

 

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Diferencias con el Yoga Tradicional

 

Con respecto al tipo de clase que se imparte a diferencia del Yoga tradicional Clarice indicaba: “Todo va a depender de cómo es cada mujer, hay algunas que respetan más sus límites y hay otras que no, que sienten que pueden realizar más cosas y las hacen”.

El Yoga para embarazadas trabaja principalmente posturas que tengan que ver con la elongación: abrir las caderas, abrir el pecho; también trabaja los brazos y la espalda por las contracturas. Y ejercicios para fortalecer las piernas. “Lo que no se hace es ningún tipo de fuerza con el abdomen, por eso se trabaja mucho con las pelotas que ayudan al estiramiento y amplían las posibilidades a la hora de la realización de los ejercicios”, aclaraba la yoguista Neves.

Clarice se acercó a esta disciplina durante su primer embarazo: “Yo empecé yoga estado embarazada, tenía mucho miedo al parto y aprendí a respirar de una manera que me sirvió mucho cuando llegó el momento. Por eso ahora disfruto y de alguna manera devuelvo lo que el yoga me dio, transmitiendo mi experiencia y conocimiento a las futuras mamás. Es muy bello ver cuando vuelven las alumnas ya con sus bebés a visitarme, como los niños reconocen el espacio, la música, es increíble”.

Estas clases son trabajadas en parejas para las mujeres que tienen esa posibilidad: “Es importante que compartan ese momento, el contacto físico y emocional es muy hermoso, y al mismo tiempo el hombre acompaña a la mujer en todos los cambios que va teniendo y ve en que la puede ayudar”. Además esta disciplina milenaria tiene el objetivo de preparar a la futura madre para lo que tenga que enfrentar sea parto natural o cesárea: “lo mejor que podemos hoy aquí y ahora”, concluía la profesora Neves.

 

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