En Iguazú utilizan una escuela como aguantadero

El escenario es el siguiente: imagine que usted salió de su casa para irse de vacaciones y que al regresar descubre que desconocidos ingresaron el predio violentando el portón, colocaron ropa a secar en su tendedero, rompieron la puerta de la cocina y los encuentra sentados en su sillón favorito fumando y con los pies arriba de la mesa ratona.

 

Una escena similar es la que denunció la directora de una escuela de Iguazú que afirmó que en el edificio escolar se instaló, desde un tiempo, un grupo de personas que se dedican a vender artesanías en la calle. Eustacia González, directora de la Escuela Provincial 746 reveló que siempre tuvieron problemas con la intrusión y que hasta ahora venían dando aviso a la policía que procedía a desalojarlos. Pero la cosa fue más allá, y día por medio las porteras encuentran todo revuelto: basura por todos lados, colillas de cigarrillos y envases vacíos de vino en tetra brik.

 

González advirtió que en este estado no va a autorizar el ingreso de nadie al edificio. “En estas condiciones, no va más”, apuntó.

 

 

La docente relató que ayer cuando entró a la escuela encontró a siete personas durmiendo en uno de los salones. “La ex 615 pasó a ser un hostel económico, un lugar de rancho… ironizó. Y además agregó que “se dejó todo impecable y encontramos una mugre”.

 

Al estar por los dichos de la directora, los “okupas” primero se habrían instalado en el patio pero después rompieron los vidrios de las ventanas e ingresaron a los salones y forzaron los armarios. “Es un edificio público y lo que están haciendo pasa a ser un delito, porque ya hay una intrusión”. González afirma que para entrar rompieron un portón.

 

La comunidad educativa de la escuela 746 hace dos años fue trasladada al edificio que pertenecía a la ex 615, ubicado frente a la plaza principal de Iguazú. En la ciudad de las Cataratas es común ver a muchos artesanos deambulando por el centro con sus “parches”.