El regreso de Coleco divide a los vecinos de El Soberbio

El ex alcalde hizo declaraciones ante una radio local seguida atentamente por la población. En  la calle la sensación era la de un pueblo dividido: los que estaban contentos porque esta especie de Robin Hood moderno había recuperado su libertad. Otros manifestaron su descontento con la decisión de la justicia de dejarlo en libertad.

 

El clima acompañó la primera mañana de Alberto «Coleco» Krysvzuk en libertad. Un cielo diáfano y profundo techaba la ciudad de El Soberbio, a la cual no le fue indiferente la situación de uno de sus vecinos más célebres. Coleco, (como todos lo conocen en El Soberbio) Krysvzuk, prefirió el perfil bajo. Dicen que estuvo recorriendo la zona de las colonias, visitando las chacras de sus amigos. Él mismo se lo dijo al periodista Luis Caballero, de FM Saltos del Moconá, medio elegido por el ex alcalde para hacer sus primeras declaraciones públicas.

En la charla, adocenada por la confianza con el entrevistador, un Coleco emocionado resaltó su costado místico, invocando a Dios en todo momento. «Todos los que tengan problemas con sus vecinos, vayan y arreglen, dijo.

Quien no se hubiera percatado que el que estaba hablando era el mismo hombre sospechado de haber encabezado una asociación ilícita y peculado, podría haberlo confundido con un pastor evangélico. Pero un Coleco campechano y, sobre todo componedor, manejó bien los tiempos de la entrevista que todo el pueblo seguía por la radio.

En  la calle la sensación era la de un pueblo dividido: los que estaban contentos porque esta especie de Robin Hood moderno había recuperado su libertad y los que miraban con indiferencia la novedad. Del otro lado los que manifestaron su descontento con la decisión de la justicia de dejarlo en libertad. «La justicia es un chiste. Coleco es un chiste» sintetizó un vecino conocido de la zona cuando opinó sobre el tema.

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