Buena parte de la clase política brasileña asistió al velatorio de la esposa del ex presidente Lula da Silva

 

Buena parte de la clase política brasileña asistió hoy al velatorio de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a lo que varios medios calificaron como una «tregua» entre gobierno y oposición, mientras otros quisieron verlo como una supuesta reconciliación. lo cual indignó a algún dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), según quien la mataron «los golpistas».

La ceremonia fúnebre se realizó en Sao Bernardo de Campo, un municipio del cordón industrial del estado de San Pablo, en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de la región industrial conocida como ABC, del que surgió Lula como lider gremial y luego político.

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En un principio, el velatorio fue restringido a familiares y amigos y luego se abrió al público.

Entre los asistentes estuvo la ex presidenta Dilma Rousseff, que volvió especialmente de una gira en Francia, el pastor evangélico y gobernador de Rio de Janeiro, Luiz Fernando Pezao y su par de Minas Gerais, el petista Fernando Pimentel.

El actual presidente Michel Temer, del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), no estuvo en la ceremonia, aunque el jueves ya había visitado a Lula en el hospital.

Las visitas de Temer y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, ambos contendientes políticos de Lula y del PT, abrieron la puerta para lo que varios medios del país ya denominaron una «tregua», según la agencia DPA.

Abatido, Lula recibió en el hospital Sirio Libanés, de San Pablo, a Cardoso, su adversario histórico, con quien se estrechó en un abrazo.

«El abrazo entre Lula y Cardoso fue la foto de la semana, una foto humana y de gran impacto nacional, que enseguida se viralizó en las redes sociales» dijo hoy Joao Gabriel de Lima, editor de

la revista Epoca, publicación semanal del grupo Globo.

«Ese encuentro puede ser el precedente de un reencuentro entre Lula y Cardoso, de Lula y Temer, de hombres que tuvieron buen diálogo político en los años de la transición democrática y

hoy están enfrentados irracionalmente», especuló el editor del grupo Globo.

Eduardo Suplicy, un importante referente del PT que hoy participó del velatorio de la ex primera dama entre 2003 y 2010, le respondió: «dialogar siempre es constructivo».

Luego de conversar con Lula, Suplicy agregó: «a través de la conversación se puede buscar la solución a los problemas graves que afectan a nuestro país».

El encono entre el PT y sus adversarios se disparó tras el juicio político que condenó y separó de su cargo a la ex presidenta Rousseff.

Luego de la salida de Rousseff, el 12 de mayo de 2016, asumió el gobierno el hasta entonces vicepresidente Temer, del PMDB, quien formó una alianza con el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Cardoso (1995-2002).

Para los petistas Lula y Rousseff el gobierno de Temer, apoyado por Cardoso, es «ilegítimo y surgido de un golpe institucional».

Ambos, Lula y Rousseff, han denunciado internacionalmente al «gobierno golpista» y promovido una campaña para desprestigiarlo, e incluso lo denunciaron ante diversos foros como Naciones Unidas.

Luego de la destitución de Rousseff en agosto de 2016, el escándalo de corrupción conocido como Lava Jato y la retracción de la economía, Brasil se encuentra sumido en una profunda crisis política.

A las opiniones que respaldan el deshielo entre el gobierno y la oposición se sumaron otras más escépticas, como la del diputado Carlos Zarattini, jefe del bloque del PT.

«Si alguna persona piensa que esta triste noticia de la muerte de doña Leticia hará que el PT cambie de posición ante el gobierno, esa persona está muy equivocado. No vamos a dejar de enfrentar a este gobierno que quiere imponer una reforma previsional y una reforma laboral que va contra las posiciones históricas de nuestro partido» sostuvo Zarattini.

Luego el legislador morigeró su posición y dijo: «todos sabemos que la beligerancia extrema nunca es algo bueno en la política».

Más duro, el senador Lindbergh Farias sostuvo: «a doña Maria la mató la persecución de los golpistas, la infamia de procesarla sin motivo alguno, la divulgación en la prensa de conversaciones personales».

Este sábado Farias fue uno de los dirigentes del PT que participó en el velatorio de la esposa del ex presidente Lula da Silva, fallecida el jueves tras sufrir un accidente cerebro vascular el 24 de enero pasado.

«Lo que hicieron con doña Marisa fue una infamia, la atacaron impiadosamente, no es una exageración decir que la mataron, ya lo dije y lo vuelvo a repetir» reforzó el legislador del partido

fundado por Lula, citado por la agencia ANSA.

Farias también deploró la actitud de los médicos que postearon comentarios ofensivos de burla contra la fallecida Marisa Leticia Rocco.

En ese sentido el profesor de ética, Roberto Romano, sostuvo que esos médicos «tuvieron una actitud odiosa».

Para el catedrático de la Universidad de Campinas «el ser médico no asegura que una persona tenga una formación y una conducta ética, y esto que se publicó burlándose de la muerte de

una persona en Internet confirma esa afirmación».

«Hoy Internet se presta para cosas que ofenden a esto que entendemos por civilización occidental y sus valores» aseveró el profesor Romano.

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