El conmovedor relato de una mujer violada que 22 años después denunció al abusador en Facebook

Es mendocina, tiene 31 años y fue abusada cuando tenía 9. Publicó en la red social la foto del hombre que la sometió y ahora recibe a diario mensajes con historias similares a la suya.

«Nunca te olvidás. Cuesta contarlo porque no es fácil andar por la vida con el cartel de ‘fui abusada’. Pero finamente decidí hacerlo», dijo Marianela Aveni Metz, una mendocina de 31 años, licenciada en comunicación social y docente, que se animó a relatar en Facebook el infierno que padeció cuando apenas tenía 9 luego de ser abusada sexualmente por un hombre de más de 60.

La mujer, que hoy está casada y tiene 3 hijos, acompañó su historia con la foto del abusador. Se trata de Roberto Sandoval, un hombre que hoy tiene 84 años y que al parecer vive solo. Según los detalles brindados por Marianela, el violador estuvo preso un tiempo, aunque «nadie sabe cuánto exactamente». Casi por una cuestión de suerte, logró ubicar su perfil en Facebook y tras pensarlo y adquirir coraje, lo escrachó.

«He soñado, durante todos estos años (literalmente) con escracharlo, pero se imaginan que jamás guardé una foto para poder hacerlo. Por una situación azarosa, descubrí que tenía Facebook, a pesar de que lo busqué varias veces sin éxito, y creo que esta es mi oportunidad de mostrarle al mundo su cara. Hoy tiene 84 años y dicen que está pagando con soledad la mierda que fue. No lo sé, no me consta y me da miedo. No por mí, obvio, yo ya soy grande, por otras nenas… como la que sale en la foto, por ejemplo. El pedófilo, no lo es una sola vez», escribió la mujer.

Destacó el apoyo de sus padres porque su caso se dio en una época en la que obtener visibilidad y justicia era notoriamente más difícil que en estos días, donde la sociedad en general tiene algo más de conciencia sobre este flagelo que sufren miles de chicas y mujeres en todo el país. «Mis viejos, que en vez de nacer con 2 huevos y 2 ovarios, nacieron con una docena cada uno, lo llevaron a la justicia; hace 20 años no era tan fácil», sostuvo.

Según dijo, «estuvo unos días juntando coraje» y aclaró que «en algún punto siempre se avergonzó». «Ya no. No a mí. Ningún tipo de justicia te devuelve el sueño profundo, pero quiero que se vaya de este mundo, aunque sea, con vergüenza. Me saco, con esto, una gran mochila de encima. Gracias por compartir. Y gracias mi amor, por darme la fuerza. Te amo», finalizó el relato de Marianela.

Tras la difusión del caso en varios medios mendocinos, las repercusiones del caso no se hicieron esperar. Cientos de mujeres le escribieron con historias similares a la suya. Algunas le piden apoyo, otras asesoramiento o simplemente la felicitan por la valentía de contar su historia.

Dijo que recibió «entre 150 y 200 mensajes privados de gente que me cuenta sus historias, otras me piden fuerza o asesoramiento». La contactaron de distintos puntos de Argentina y hasta de varios países de América Latina. Buscó asesoramiento en ONGs locales para armar una. «Me reuní con Omar Sánchez, presidente de la Fundación Hagamos algo por los chicos con leucemia, en la que soy voluntaria. La idea que tiene él es cambiarle ese nombre por el de Hagamos algo y crear grupos de ayuda», precisó Marianela en diálogo con Los Andes.

Según dijo, dentro de la propuesta, la mujer entraría como encargada del área de abuso sexual infantil. En cuanto a la mecánica de trabajo, sería «un abordaje integral» teniendo en cuenta la familia, la casa, las necesidades diarias «o cualquier tipo de ayuda que puedan necesitar». Su labor sigue y mientras tanto, sigue contestándoles a todas las mujeres que les escriben desde diversos lugares del país. Lo que sí tiene en claro es una cosa que en definitiva es lo que la hace seguir adelante con su lucha. «Soy feliz. Este hombre no me cagó la vida», sostuvo.

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