Belén Torres, la joven agredida por el anestesista habló desde el hospital.
María Eugenia Belén Torres, la joven agredida por el anestesista Gerardo Ismael Biliris, habló por primera vez desde la sala donde se encuentra internada, a través de un video en donde se presenta y asegura estar recuperándose.
«Hola soy Belén Torres», se presentó la joven de 20 años. «Estoy mejor. A pesar de los golpes no tengo nada grave», aseguró Torres en la grabación.
«Yo estaba muy drogada, nunca pensé que me iba a cagar a trompadas como me cagó», contó la chica en comunicación con TN. «Después me empezó a cagar a palos y la única escapartoria que tuve fue un vecino de él». Y agregó: «Tengo muy mal la espalda».
Tinder y cocaína, el combo letal del anestesista que atacó a una chica
Se conocieron en la red social de levante y ahora investigan si la agresión se produjo por una convulsión provocada por el exceso de drogas.
La Justicia investiga si el anestesista que hirió a golpes a una joven en su departamento de Barrio Norte cometió el ataque durante una convulsión provocada por el exceso de consumo de drogas, según coincidieron la defensa del acusado y la madre de la víctima.
El abogado Ramón Arrigos, defensor de Gerardo Biliris, dijo que esa hipótesis está sujeta a investigación debido a que fue la propia joven, María Eugenia Belén Torres, quien al declarar ante la Policía sobre el hecho dijo que el anestesista sufrió una «convulsión y se puso agresivo».
Los dichos de la joven fueron confirmados por su madre, que contó que su hija también hizo referencia a un estado convulsivo del médico. No obstante, el abogado y la madre no coincidieron sobre el tipo de relación que mantenían, ya que Arrigos aseguró que se trataba de un vínculo ocasional de sexo y consumo de drogas, mientras que la familia Torres asegura que ella trabajaba para él desde hacía unas semanas.
Lo que sí confirmaron los dos es que la chica y el anestesista se habían conocido por la red social Tinder. «Ella trabajó con él dos o tres semanas. Me comentó que en la casa había una pipa o algo grande, como la de las novelas turcas, y que él tenía cocaína que mezclaba con cenizas de cigarrillo, la calentaba y la fumaba. Ella no es consumidora y si consumió habrá sido en ese momento», expresó la madre de Torres.
La mujer relató el momento según los dichos de su hija: «Este señor empezó a convulsionar y como ve que le salia espuma por la boca lo ayuda a acostarlo en el piso y a ponerlo de costado. Cuando ella se agacha para ayudarlo, él empieza a golpearla, la lastima, la patea y ella entonces empieza a gritar y sale al pasillo gritando auxilio. Los vecinos le salvaron la vida».
Por su parte, el abogado de Biliris se refirió a la posibilidad de que su asistido haya actuado de manera «involuntaria» debido a su estado.
«Él recuerda que empezó a tener una convulsión muy fuerte y no haberle pegado. No se acuerda de nada más. No digo que no la haya golpeado, pero para cometer lesiones uno tiene que tener la voluntad de causarlas», dijo.
Arrigos dijo que su cliente sólo recuerda haber recobrado el conocimiento y ver vidrios esparcidos en el piso y sangre, presumiblemente porque se cayeron al suelo y rompieron dos botellas de vidrio finito que se emplean para consumir crack de cocaína.
«Esta chica ha tenido ya un par de encuentros anteriores con él. Lo conoció por una red social de sexo casual como es Tinder, tuvieron dos encuentros muy pacíficos, donde tuvieron sexo, consumieron bebidas y fundamentalmente crack de cocaína ambos. Las dos primeras veces en total normalidad y pasividad y el último día pasó esto», relató el letrado.
Esta hipótesis del ataque es ahora investigada, junto con otras, por la Justicia que lleva adelante la causa por lesiones y por tenencia de drogas contra el anestesista.