La bioeconomía: una herramienta fundamental para combatir el cambio climático

“Bioeconomía: Gestión forestal sostenible” fue el título de la primera ponencia que ofreció en España el investigador Marc Palahí, director del Instituto Forestal Europeo (EFI), que tuvo lugar en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

Palahí dejó en claro desde el primer momento que la bioeconomía es “una de las grandes oportunidades de este siglo”. Haciendo un breve recorrido por los momentos industriales más significativos de la historia, Palahí apostó por la madera para sustituir la materia prima de algunos sectores como el de la construcción o el textil. Una economía que en la actualidad está basada en los recursos fósiles, lo que ha generado la externalidad ambiental más importante de nuestra historia: el cambio climático.

 

“El impulso de la bioeconomía pasa por poner un precio a las emisiones de CO2”

 

“El sector del textil crecerá mucho en las próximas décadas, pero ni el poliéster ni el algodón son materias de futuro para este sector, por eso es importante el papel que pueda tener la madera. Cuya producción, unida a las nuevas tecnologías, puede ser mucho más limpia que la que se hace con poliéster o algodón”, indicó el director del EFI, según el portal español Madera Sostenible.

 

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Palahí ha reconoció que la bioeconomía es algo que aún queda muy lejos, pero no le cabe duda de que terminará imponiéndose en el futuro, ya que “es una herramienta fundamental para combatir el cambio climático”.

 

La razón por la que la bioeconomía llegará en un futuro, se debe, según el director del EFI, a tres factores municipales. La tecnología, donde siempre se han llevado a cabo importantes cambios; los líderes políticos, que son conscientes de esta necesidad de cambio; y el sector privado, donde ya el año pasado el Foro de Economía Mundial detectó el cambio climático como el primer problema de la economía mundial. “Los cambios en paradigmas llevan tiempo en llevarse a cabo, pero al final llegan”, remarcó.

 

“La bioeconomía, además,  podría acabar con los problemas de desigualdad que existen en la actualidad con el mundo rural y el urbano”

 

Como ejemplo de la línea de trabajo que debe seguirse, el director del EFI resaltó un proyecto de biorefinería que será una realidad en un breve periodo de tiempo en Finlandia. La planta, tal y como ha indicado, “será autosuficiente a nivel energético y además suministrará a la red”.

 

Para Palahí, la bioeconomía podría acabar con los problemas de desigualdad que existen en la actualidad con el mundo rural y el urbano. Ya que se trata de un recurso que es de todos y no solo de unos pocos. Para que pueda llegar a implantarse ha dejado claro que hay que hacer una serie de cambios y atraer inversiones. “El impulso de la bioeconomía pasa por poner un precio a las emisiones de CO2”, concluyó.

 

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