Científicos y académicos argentinos avalan beneficios nutricionales de la moringa producida en Misiones y se ubicaría entre las mejores del mundo

 

Las plantaciones de Moringa oleifera en Misiones, a partir del camino que ha iniciado la familia de productores agroforestales del Establecimiento La Delfina (Eldorado y 9 de Julio, en Valle Hermoso) con su producto “Moringa Fidel”, marcarán una nueva historia en la provincia y el país, ya que estudios académicos y científicos respaldan sus beneficios nutricionales, potencial para el desarrollo de la línea de cosméticos y recomendaciones para la salud, por sus propiedades medicinales y curativas.

El cultivo de la planta se presenta como una alternativa productiva para los colonos misioneros frente a sus beneficios nutricionales tanto para la alimentación de la familias como de los animales de la chacra, sumado al avance científico que se está logrando para el consumo adecuado en diversas enfermedades por sus proteínas y minerales, como una nueva línea de cosmética para la sanidad y regeneración de la piel.

 

La moringa es una hierba que proviene de la India y brinda muchos beneficios. Las hojas de moringa son ricas en proteína y aminoácidos, además de su potencial antioxidante y descontaminante. Su consumo es sugerido como una excelente opción natural para mejorar la salud, en casos de anemia, asma, artritis, diarrea, estreñimiento, Inflamación, enfermedades inmunes, diabetes, colesterol, triglicéridos, páncreas, presión y riñones, entre otras muchas dolencias que por medio de su consumo diario se pueden aliviar. La hoja de moringa contiene vitamina A y B,  así como magnesio, hierro, calcio, por lo que también es muy buena alternativa para problemas en los huesos.

 

En internet se pueden encontrar cientos de artículos relacionados a su poder curativo, pero la gran noticia es saber que en 2016 la producción de origen misionero, única en el país, logró un reconocimiento académico y científico, ante el constante desarrollo impulsado por la familia Paredes, propietarios del establecimiento agroforestal “La Delfina”.

 

La moringa, además, tiene una historia milenaria, es conocida como una hierba “sanadora” de cuerpo y alma. En pasajes bíblicos de varios evangelios la citan como el “árbol de la vida que dará frutos en todas las estaciones y sus hojas sanarán las enfermedades de la humanidad”. Esa fe es la que movilizó al emprendimiento familiar a iniciar una producción de baja escala, pero sostenida, iniciando este nuevo camino en 2014, en la búsqueda de alternativas más rentables para la chacra y su entorno.

 

Su crecimiento, como producto de suplemento nutricional Moringa Fidel, fue en paralelo al trabajo realizado en conjunto con investigadores y científicos argentinos, tanto de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, que realizó recientemente el informe de base que logró la presentación ante la Comisión Nacional de Alimentos para que en 2017 se obtenga la autorización para que sea incluida en el Código Alimentario Nacional (CONAL).

Por otra parte, el emprendimiento recibió apoyo, con la declaración de interés de la producción de moringa de la Cámara de Diputados de Misiones, del Ministerio del Agro y Producción, y de la Municipalidad de Eldorado.

 

La familia Paredes inició la experiencia con las plantaciones en un campo sobre la Ruta Provincial 17, a 230 kilómetros de la Capital de la Provincia. Después dio pasos agigantados, logrando en dos años instalar un secadero propio, el laboratorio y planta de elaboración en Eldorado, para la comercialización de sus diversos productos con valor agregado. “El trabajo fue arduo, y con mucha pasión”, expresó Mario Paredes, en la entrevista con ArgentinaForestal.com. “El mayor logro es haber sumado el interés de los académicos y científicos, ya no hay dudas que puede ser la alternativa de cultivo para los pequeños productores. Mi sueño es que en el futuro, la moringa sea tan importante como la madera o la yerba mate en la provincia”, sostuvo el innovador productor.

 

El desconocimiento en el tema, lo llevó a Mario a estudiar de todas las disciplinas, ya que en cada organismo e institución que se presentaba era una limitante la falta de información. “No había registros de nada cuando empezamos,  ni en la provincia ni en el país. Por lo tanto, comenzamos de cero en todo”, admitió.

 

Pero el trabajo rindió sus frutos, la familia Paredes logró instalar en el mercado local y nacional un producto artesanal, orgánico y natural como “Moringa Fidel”, con propiedades nutricionales, sin agroquímicos ni conservantes. Lograron estandarizar su producción y consolidar la única planta elaborada de moringa en el país con productos de valor agregado. Además de avanzar en investigaciones que avalan sus propiedades y que permitirán en 2017 dar un paso trascendental al ser incorporado como alimento nutricional.

 

Por otra parte, han desarrollado y lanzado al mercado en el último semestre de 20016 una nueva línea en cosmética en base a las propiedades antioxidantes de la moringa que fue desarrollado por su propio laboratorio. “Esta hoja posee 46 antioxidantes, lo que la hace muy valiosa para el cuidado,  reparación y sanidad de la piel, logrando una extraña mezcla de crema para arrugas y sanadora a su vez. Estudios científicos afirman que combate el cáncer de piel, el acné juvenil, rosáceas y algún tipo de psoriasis. Estamos trabajando con laboratorios que nos proveen de base cremas, gel, emulsiones, y nosotros incorporamos las propiedades de la moringa con la asistencia de ingenieros químicos y una experta en cosméticos, estableciendo la fórmula adecuada para cada producto”, adelantó Paredes.

hojas

Misioneros pioneros 

El origen de la producción de Moringa Fidel se remonta hacia fines del  año  2014, a partir de la búsqueda de alternativas de rentabilidad  para la  chacra familiar  y, fundamentalmente, con el objetivo de ayudar en la alimentación de los animales vacunos. “En nuestras investigaciones y estudios previos, nos sorprendía los escritos y comentarios acerca del potencial alimenticio de la Moringa. En ensayos realizados en Centroamérica,  los rindes en carne daban resultados superiores en un 20%, en comparación a los animales que consumían los alimentos tradicionales”, precisó Paredes.

 

Una vez hecho los estudios preliminares de suelo, clima, cuidados culturales en su chacra en Misiones,  el detalle que los llevo a tomar la decisión de iniciar la producción con la moringa  fue el rinde en relación al tiempo de cosecha. “Desde el punto de vista del tiempo, a partir de los 90 días de plantado ya entraba en producción, lo que comparado con el pino, que en promedio hay que esperar 14 años, o la yerba mate que demanda unos 4 años, nos parecía una oportunidad única”, remarcó.

 

El emprendimiento es familiar, y los hijos de Mario Paredes también se han involucrado con la Moringa. “Leonardo y Andrés Paredes -contadores de profesión-  ayudaron a canalizar el conocimiento científico realizando trabajos y seminarios para la universidades en la que cursan sus estudios y, además, imaginando y creando todo lo concerniente a la comercialización del producto, vía página de internet y redes sociales”.

 

“La moringa es un alimento y como tal lo comercializamos. Este desarrollo se ha logrado por su alto contenido en vitaminas, minerales y proteínas que lo convierte en el vegetal de mayor valor nutritivo en el mundo, que serviría para combatir la desnutrición infantil y el hambre en el mundo, ojalá que las autoridades puedan conocerlas y apoyar su expansión”, expresó el productor.

 

En sus campos, las hojas se utilizan para alimentar a todos los animales, desde ganado, caballos, cerdos, conejos, gallinas y peces. “La utilización de la moringa como alimento es valedero tanto para animales y el ser humano,  lo que es realmente sorprendente”, aseveró en la entrevista.

 

Desde el punto de vista nutricional es un alimento, pero Paredes también reflexionó en que “no debemos ser hipócritas y cerrarnos para no reconocer las muchísimas propiedades medicinales y curativas de la moringa. No solo existe múltiples estudios científicos que así lo demuestran, se sabe que la mayoría de ellos están celosamente guardados en la biblioteca de salud del gobiernos de los Estados Unidos. Hay testimonios y evidencias de la gente que relatan los resultados que son realmente asombrosos y casi milagroso para algunas dolencias, como artritis reumatoidea, diabetes, hipertensión, fibromialgia, como también tenemos algunos testimonios de pacientes que sufrieron un tratamiento de cáncer tienen esta alternativa para recuperar energías, entre muchas otras afecciones. Lógicamente faltarían muchos más estudios para validar algunos resultados, pero no es nuestra intención competir o desarrollar algo que tenga que ver con la salud, ya que la voracidad de los laboratorios y el mundo de la medicina nos harían desaparecer del contexto en un abrir y cerrar de ojos. De lo que no caben dudas es que la moringa ha hecho milagros en todas estas dolencias, y sobre eso puedo dar absoluta fe, ya está muy lejos de ser un simple yuyo”, señaló el productor.

 

Apoyo científico y académico

El  inicio del emprendimiento demando mucho tiempo y dedicación, pero fue realizado con mucha pasión. “En primer lugar, iniciamos el cultivo y desarrollo de la planta en Valle Hermoso (9 de Julio), que respondió a los estudios realizados y fue realmente muy rápido. Esto nos alentó a dar el paso siguiente que fue la inversión del secadero. Debíamos avanzar en el proceso de secado de la hoja y la conservación de la misma una vez deshidratadas. Esta decisión fue motivados por el hecho de que, de quedarnos en la calidad de producto primario, probablemente hubiésemos fracasados, como otros tantos productos que quedaron en el intento sin la posibilidad de crear un mercado”, aseveró Paredes.

 

A continuación del secadero desarrollaron el Laboratorio propio en Eldorado, que en realidad es el lugar de producción. “Fue mucho lo estudiado y las pruebas realizadas para lograr darle el valor agregado al producto en las condiciones y calidad que pretendíamos, sin tener muchas veces el apoyo profesional dado el desconocimiento acerca de la moringa en la zona y en toda la Argentina”, indicó.

 

Con mucho trabajo, lograron finalmente obtener un óptimo del secado. “No queríamos quedarnos en calidad de un simple “yuyo”, que es la forma como se trata en la mayoría de la herboristería locales. Del secado dependía nuestro éxito en el producto final y fue así que ya con la colaboración de la Facultad de Ciencias Forestales y su cátedra de Laboratorio, dependiente de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), se realizaron los análisis bacteriológicos y se determinaron de ese modo a que temperatura se debería terminar el secado de las hojas, eliminando los microorganismos, hongos y bacterias, pero conservando las propiedades de la planta”, relató el productor.

 

Después de seis intentos, lograron encontrar el punto de equilibrio, obteniendo así un producto base de excelente calidad, dentro de las normas de la  Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y la cantidad de humedad por debajo de lo exigido por la Comunidad Económica Europea.

 

“Siguiendo con el proceso, faltaba comprobar si las cantidades de nutrientes, vitaminas y minerales y proteínas -que decían tener la moringa de otra parte del mundo- era verdad ya que teníamos nuestras dudas acerca de las propiedades de tan milagrosa planta. En consecuencia, continuamos nuestras investigaciones y ya nuestro camino nos llevó hasta la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), donde en la Facultad de Bioquímicas y Farmacia se determinó de manera científica la composición nutricional de nuestras hojas secas de Moringa Fidel”, explicó.

 

“Grande fue nuestra sorpresa, ya que no solo ratificaban todo lo que habíamos estudiados sobre los componentes proteicos de la moringa, sino que además en algunos otros rubros como en el mineral hierro y la Vitamina C, arrojaron valores superiores a la moringa de otra parte del mundo, por lo que debemos reconocer la calidad de nuestras tierras en Misiones que a veces no es valorada del todo. Esto nos da una perspectiva de que la moringa de Misiones estaría entre las mejores del mundo”, afirmó Paredes.

Únicos en la Argentina

“Hasta donde conocemos, somos los únicos en el país en desarrollar productos con valor agregado en la línea de Moringa Fidel, lo que no deja de ser un orgullo para Eldorado y la provincia de Misiones”, destacó Paredes.

Existen en Posadas productores, pero solo de hojas secas que es lo habilitado formalmente. También existen productores en Chaco y Formosa de té en saquitos y hojas, y en Salta solo con hojas. “Probablemente en el corto plazo se agreguen mayores productos en estas zonas, pero Moringa Fidel hasta  la fecha  desarrolló en Eldorado los siguientes productos: hojas secas, polvo, cápsulas, té en saquitos, mezcla con yerba mate, y toda la línea de cosméticos”, indicó el productor.

Todos desarrollados y producidos en forma artesanal, que cuentan con la habilitación del Ministerio de Salud de la Nación y la Provincia, a través de su área de Saneamiento Ambiental como  producto alimenticio. “Actualmente hemos avanzando en el trámite de inscripción ante la Comisión Nacional de Alimentos para su inclusión en el Código Alimentario Argentino, y así lograr que la moringa sea un producto misionero”.

 

El suelo de Misiones, un privilegio

En cuanto al tipo de suelo para la plantación de la planta, los campos agrícolas del Establecimiento La Delfina están ubicados en Valle Hermoso, municipio de 9 de Julio, con tierras categorizadas tipo 6 A y 6 B (no muy buenos)  y la moringa se adapta muy  bien. “La plantación sí debe estar en pendientes para evitar acharcamientos. Para el cultivo, hemos desarrollado unas 60 mil plantas y la idea es ir creciendo todos los años en la medida en que se desarrolle un mercado para nuestros productos de moringa. Los cuidados culturales son casi artesanales y es la modalidad orgánica. No se utilizan agroquímicos ni en las plantas ni en el suelo. Desde el inicio, decidimos plantar entre líneos de especies olorosas, como plantas de rudas, romeros, ajenjo, citronella y otras especies,  para repeler a los insectos, cosa que ha funcionado muy bien y nos ha permitido conseguir plantas libres de insectos. A los 90 días las plantas de moringa ya estaban en condiciones de empezar la cosecha”, concluyó Paredes.

 

 

Por Patricia Escobar 

 

 

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