Misiones defiende su visión de un Estado presente

La primera semana de 2017 dejó dos indicios claros respecto a la relación Nación – Provincia. Por un lado la concreción de una rebaja en la alícuota del ITC que se aplica en Posadas y el compromiso de evaluar una extensión del beneficio a todo Misiones, la inclusión del té y la yerba mate entre los productos beneficiados por reintegros a las exportaciones que van del 3,5 al 6 por ciento, la devolución del IVA a los turistas extranjeros y la reposición del 1,9 por ciento de los fondos coparticipables que retenía la Afip a Misiones, fueron muestras concretas de que los pedidos formulados por el Gobierno provincial y las gestiones de los legisladores nacionales son atendidas y se traducen en beneficios palpables para los misioneros.

Pero por otro lado, las primeras intervenciones mediáticas del nuevo ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, y las respuestas posteriores de funcionarios provinciales, pusieron sobre el tapete las claras diferencias entre la visión del Estado que propone el macrismo y la que defiende la Renovación misionera.

Adam Smith, el padre del capitalismo clásico, había pronosticado en el siglo XIIX que “la mano invisible del mercado” corregiría cualquier distorsión que pudiera generarse en la economía y por lo tanto la participación del Estado debería reducirse a su mínima expresión. Casi tres siglos después, ni al más conservador economista –que sea más o menos serio- se le ocurriría defender la teoría de la “mano invisible” tal cual fuera planteada, sin embargo la discusión respecto a cuán activo o presente debería ser el Estado y cuánta libertad debería darse al mercado, sigue siendo una de las principales tensiones en política económica.

Más allá de las definiciones que puedan dejar los gobernantes en sus discursos, uno de los indicadores más representativos de la postura que adopta un gobierno determinado frente a esta tensión Estado – Mercado es la política fiscal: un gobierno que pretenda un estado fuerte y activo en roles como la prestación de servicios de salud, seguridad, educación o asistencia social necesitará recaudar; mientras que otro que considere que el mercado por sí solo, a través del “derrame” de recursos podrá mejorar la calidad de vida de sus habitantes, buscará reducir impuestos, aún a riesgo de desfinanciar al estado.

Más cerca de la segunda postura que de la primera, aunque sería injusto acusarlo de neoliberal extremo, el nuevo ministro de Hacienda de la Nación declaró en una serie de entrevistas que mantuvo la semana pasada con medios de Buenos Aires, su intención de llevar adelante una reforma tributaria centrada en una reducción de los mal llamados “impuestos al trabajo” e Ingresos Brutos.

Aunque la posibilidad de que la Nación modifique Ingresos Brutos es a todas luces inconstitucional, dado que se trata de un impuesto provincial, los dichos de Dujovne provocaron respuestas del Gobierno provincial, que salió en bloque a dejar muy en claro su visión del rol del Estado.

Mientras inauguraba obras financiadas con fondos de la Provincia, dato por demás significativo, en Mártires y General Alvear, Passalacqua dejó definiciones políticas muy concretas y elocuentes en ese sentido. “Un Estado que no recauda se vuelve débil y ausente”, dijo en una parte de su discurso, para luego pedir que “no caigamos en la tentación de pensar que menos impuestos es mayor crecimiento. Esto no es así, es al revés, a menos impuestos los ricos van a ser más ricos y las sociedades postergadas van a estar más postergadas, esa es la única realidad, ya la vivimos y es así”.

En el mismo sentido se manifestó el secretario de Hacienda, Adolfo Safrán, quien declaró que “el estado tiene que ser fuerte para aplicar políticas de contención social o de desarrollo económico. El mercado no resuelve por sí solo los problemas, especialmente los problemas de los sectores más vulnerables. Vamos a defender un estado fuerte”.

Lejos de los vientos liberales que llegan desde el gran país del norte, Passalacqua siempre se mostró más inclinado a un modelo de estado similar al de los países nórdicos, que persiguen la equidad en la distribución de la riqueza y la igualdad de oportunidades y entiende que la política fiscal el clave  para llevar adelante ese modelo.

Obra pública  y créditos

Sobre el final de la semana, el gobernador reunió a los intendentes y a su gabinete para anticiparles que 2017 sería un año difícil porque la economía del país todavía está lejos de una reactivación significativa, lo que se sentirá en los niveles de recaudación y con ello, en la disponibilidad de recursos en todos los niveles de la administración pública. Pidió mantener alta la vara en materia de eficiencia en el gasto y recaudación para mantener las cuentas equilibradas y repitió reiteradamente la palabra austeridad.

Pese a ese panorama, Passacqua anticipó que la Provincia seguirá invirtiendo en obra pública, por tratarse  de una actividad que genera un impacto inmediato en la recuperación de mano de obra y que el mes próximo se lanzará el Fondo de Crédito de Misiones, que aportará financiamiento a pequeños emprendedores a tasas muy inferiores a las de mercado.

ITC sin asimetrías internas

En la primera semana de vigencia del ITC diferenciado en Posadas, quedó en claro que más allá de la situación puntual que perjudica a las estaciones de servicio de Garupá y Candelaria, la medida no causó una caída en las ventas en las expendedoras del resto de Misiones, tal como se especulaba antes de la entrada en vigencia de la medida.

La diferencia de aproximadamente 2,5 por litro de nafta que quedó establecida desde el domingo pasado entre los surtidores de Posadas y los del resto de la provincia no justifica que los automovilistas se trasladen a la capital provincial desde ciudades más lejanas que Candelaria para cargar un tanque. La matemática es sencilla: cargando 50 litros de nafta se pueden ahorrar 125 pesos con el ITC diferenciado, descontados los 40 pesos de peaje, el beneficio se reduce a 85 pesos a lo que habrá que descontar además el gasto de nafta que requiere el viaje.

La reducción impositiva a los combustibles en Posadas tampoco incidió en nada para el transporte de carga ni de pasajeros, como también se había especulado, dado que los camiones y colectivos cargan a través de otros sistemas que les permiten acceder a combustible con un componente de subsidio.

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