Las lluvias en el litoral y centro del país superaron las marcas de los últimos 30 años

En los últimos 10 días de diciembre llovieron entre 150 y 200 milímetros más de lo normal, lo que no ocurría desde hace 30 años en el sur de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires.

Este fenómeno fue determinante para provocar inundaciones en un territorio que soporta la desaparición de las pasturas, el monocultivo, la falta de regulación de los suelos y la escasez de obras hidráulicas, señalaron especialistas a Télam.

Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional, explicó que del 21 al 31 de diciembre último «llovió entre 150 y 200 milímetros más de de lo normal en los últimos 30 años, en el sur de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires».

Los valores de las precipitaciones en enero fueron menores pero intensas, según informó la meteoróloga, y aclaró que «este miércoles se registraron entre 50 y 70 milímetros en el norte de Santa Fe y Corrientes».

Si bien las lluvias más escasas se están dando en el centro y norte argentino, la especialista aclaró que «hay que tener en cuenta otras oscilaciones intraestacionales como la presión en la Antártida o la temperatura del océano Índico que favoreció, y lo seguirá haciendo hasta el 20 de enero, el ingreso de muchos frentes fríos que son los que introducen las lluvias».

Con respecto a los incendios en La Pampa y el norte patagónico especificó que «fueron originados mayormente por tormentas eléctricas, sin descartar posibles factores humanos», añadió la profesional.

En tanto, Miguel Angel Taboata, director del área de Suelos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), habló con Télam sobre el efecto adverso que provoca el mal uso de las tierras, en los últimos 20 años en Argentina.

«El factor principal que provoca las inundaciones es el clima, porque 250 milímetros en dos días es mucho y gran parte de los suelos de la Argentina tienen una capacidad limitada para absorberla, fundamentalmente por la desaparición de los pastizales en la zona pampeana y el desmonte del Norte argentino, además del monocultivo de la soja», detalló el profesional.

Según explicó el especialista en suelos, el monocultivo, principalmente de soja, y la falta de rotación de cultivos solo consumen entre 400 a 500 milímetros de agua y el resto recarga los acuíferos, a diferencia de los pastizales que absorbían 1.000 milímetros durante todo el año.

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