El BCRA congeló la tasa: 24,75%

El Banco Central pareció ayer más cauteloso que todas las mesas de dinero del mercado. Las generosas ofertas para comprar Lebac que acercaron los inversores hubieran permitido avanzar con un recorte ambicioso sobre las tasas de interés de referencia. Pero la decisión fue aprovechar los ofrecimientos para retirar una buena parte del exceso de pesos y mantener sin cambios los costos del dinero. El argumento de fondo: un suba en la inflación que esperan los argentinos para 2017, que se aleja de los objetivos oficiales.

Federico Sturzenegger evitó ayer dejarse tentar con la profundidad del mercado. Congeló en un 24,75% anual la nueva tasa de referencia (la de los pases pasivos a 7 días), a pesar de que los altos niveles de liquidez y la fuerte demanda del mercado le habían dado margen para avanzar con una baja. Las letras de deuda que licita semanalmente el Central (las Lebac) reflejaron esa voracidad del mercado y cerraron con una baja de 66 puntos básicos en los plazos más cortos, hasta el 24% anual. En el vencimiento más largo, de 287 días, quedó en 22,47% anual.

Semejante demanda por sus instrumentos le permitió al BCRA absorber ayer $15.000 millones de la economía. La cantidad parece auspiciosa, si se considera que vencían $80.000 millones de deuda; pero es más modesta si se toma en cuenta que la emisión durante diciembre había llegado a ser de $100.000 millones. El Banco Central sabe que aún queda mucho por absorber. Y que deberá monitorear cuidadosamente, durante las próximas semana, hacia dónde van los pesos que quedaron en la economía.

Ayer, Sturzenegger eligió la cautela para lograr la absorción. Le preocupa, sobre todo, que el mercado espere a esta altura mayor inflación para 2017 que la que estimaba meses atrás. No encuentran razones de peso para justificarlo, en un momento en que los propios organismos oficiales y las consultoras privadas ya arrojan evidencias de la desaceleración (ver aparte). Quizá asuste el calendario que viene y que debe administrar el Gobierno para aplicar los ajustes en los precios de los servicios regulados: combustibles en enero, gas y prepagas en febrero, colegios en marzo y electricidad en abril.

En los bancos creen que el Central buscará moderar las expectativas manteniendo relativamente estables las tasas de interés de referencia durante las próximas semanas. «Vamos a subir la tasa si vemos que el proceso de inflación va por arriba de donde queremos. Metas de inflación: ése es el régimen», subrayó hace uno días uno de los hombres clave del Central.

El organismo mira de cerca ahora qué pasará con el sobrante de pesos que dejó diciembre. Sólo en este último mes, en el que los argentinos necesitaron dinero para pagar aguinaldos y consumir en las fiestas, la emisión alcanzó los $100.000 millones. Pero la situación cambiará abruptamente en enero y febrero, cuando empieza a caer la actividad y, más adelante, concluyen las vacaciones.

El Central deberá retirar el excedente con mayor colocación de deuda (como ayer) o ventas de dólares. Indicios del refugio que buscan los pesos empiezan a verse ya en algunos arbitrajes. Ayer, por caso, sobre el final de la jornada, hubo una incipiente salida de los inversores de los bonos indexados que algunos operadores vincularon a un novedoso apetito por el dólar. No hay señales de menor inflación que puedan motivar este desarme. Por lo que algunos interpretaron que esta baja de tasas de interés que se vio en las Lebac -un competidor clásico de las divisas y el plazo fijo- podría haber alentando ya a algunos a anticiparse a un rebote del tipo de cambio.

(Fuente: Ámbito)

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