Perspectivas 2017 para la economía misionera

Escribe : Lic. Gerardo Alonso Schwarz (*)

 

Luego de poco más de un año de un nuevo gobierno, el balance 2016 muestra claramente ciertas áreas en las que ha tenido aciertos muy claros y otras en las que todavía existen muchos desafíos por delante. Entre los aciertos podemos nombrar la salida del cepo cambiario (o la eliminación a los controles cambiarios), la finalización de la larga disputa judicial con los fondos en holdout (a los que se denominó fondos buitres), la eliminación de gran parte de las retenciones a las exportaciones y una política monetaria que generó una clara tendencia decreciente de la inflación (aunque aún se encuentre en niveles de crecimiento interanual elevados).

 

Por otro lado, cabe mencionarse como desafíos pendientes la reactivación de la economía (ya que el 2016 seguramente cerrará con una caída del PBI del 2 ó 2,5%) y la reducción del déficit fiscal nacional (que aún se sitúa en valores cercanos al 5% del PBI). Dentro de este marco, la primer tendencia que podemos prever que continúe durante el año 2017 es la desaceleración de la inflación, con lo cual incluso en el caso de que no se alcance la meta del 17% fijada por el presupuesto nacional seguramente tendremos valores cercanos al 20 ó 25% (substancialmente menores a los valores cercanos al 40% que se registraron durante 2016).

 

Claramente la más importante consecuencia de esta inflación decreciente será la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, lo cual a su vez generará una recuperación de las ventas minoristas a nivel nacional.

 

En lo que respecta a la evolución del tipo de cambio, claramente este tema estará asociado al ingreso de divisas producto de las inversiones extranjeras y a la emisión de deuda pública para financiar el déficit fiscal.

De esta manera, para el 2017 no hay escenarios intermedios ya que si se accede a todo el financiamiento que las cuentas fiscales exigen, entonces seguramente la evolución del precio del dólar será menor a la inflación, estabilizándose en valores aproximados a $18,5 a fines de año.

Por otro lado, en caso de que el contexto internacional genere una suba de tasas de interés tal que no permita al gobierno nacional financiar el déficit fiscal previsto en el presupuesto (aproximadamente 4% del Producto Bruto Interno) vía emisión de deuda, la agenda de las preocupaciones será otra, muy distinta a la actual, y relacionada al nivel de devaluación a realizar y, consecuentemente, a su impacto en la inflación.

Todo esto es especialmente relevante para la provincia de Misiones (en particular en las localidades fronterizas), donde prácticamente todos los negocios, incluyendo a los comercios y empresas de servicios, deben enfrentar la competencia del “exterior”. En el escenario más probable (con un tipo de cambio retrasado con respecto a la inflación) en el cual no existirá margen de competitividad cambiaria, se deberá trabajar fuertemente en políticas de fondo relacionadas a fortalecer la competividad vía mayor productividad (a través de la innovación, del incremento del capital humano local y de la inversión en mayor tecnología y maquinaria) y menores costos (principalmente costos de transporte/logísticos y costos tributarios nacionales, provinciales y municipales).

Claramente trabajar en estas líneas es mucho más complejo y no genera resultados en el corto plazo pero, a diferencia de la competitividad cambiaria, sus beneficios no se agotan en pocos meses sino que, por el contrario, constituye el sendero de crecimiento sustentable en el mediano y largo plazo y una garantía de la generación de puestos de trabajo de calidad.

Dentro de este marco, más allá de que se prevé que la mayor parte de los socios comerciales del país y de la provincia crezcan (con la importante excepción de Brasil que seguramente en el mejor de los casos crecerá menos de 1% en 2017) y por lo tanto incrementen su demanda internacional de productos, seguramente las exportaciones no tendrán grandes variaciones con respecto a este año, salvo por cuestiones sectorialesespeciales como podría ser algún fenómeno climático no previsto.

La realidad del sector comercial minorista será distinta a nivel nacional que a nivel provincial ya que la recuperación del poder adquisitivo de los salarios seguramente traerá una mayor actividad en el total país con lo cual las empresas que tengan a nuestro país como principal mercado objetivo seguramente tendrán en 2017 un mejor panorama y una mayor demanda para sus productos. No obstante, para que este fenómeno se repita en nuestra provincia con las empresas que venden localmente sus productos, habrá que ver si se aplican las políticas de disminuir la presión tributaria de forma tal que permita acercar los “costos” argentinos y misioneros a los costos vigentes en las localidades fronterizas de Brasil y Paraguay.

De no existir este tipo de políticas, en el marco del retraso cambiario antes mencionado, las filas récord en los puentes y pasos fronterizos de nuestra provincia difícilmente desaparezcan. En lo que se refiere a la actividad de la construcción, claramente se espera tanto un recuperación a nivel nacional como provincial, debido a que han comenzado a haber créditos otorgados a la construcción de viviendas familiares y al mayor protagonismo que tendrá la obra pública comparativamente con el 2016.

 

Sin dudas este mayor dinamismo en la construcción también generará también buenas noticias para el sector forestoindustrial dedicado a madera estructural e insumos para la construcción, sector que en 2016 se vió muy afectado por la caída de la demanda interna.

En Turismo, los datos de 2016 nos muestran dos tendencias que probablemente continúen en 2017. En primer lugar se observa que en Puerto Iguazú ha crecido fuertemente la cantidad de turistas extranjeros (+29%) lo cual ha compensado la caída en la cantidad de turistas argentinos alojados en ese destino, pero con la aclaración de que los no residentes tienen un gasto promedio mayor a los nacionales.

 

A su vez, la segunda tendencia que se observa en la provincia es que la ciudad de Posadas está generando eventos que convocan a una mayor cantidad de turistas nacionales (con un crecimiento del 9,3% en 2016), lo cual hace esperar que dicha política continúe en los próximos años.

Finalmente, y como resumen de todo lo anterior, el escenario más probable nos indica que la actividad económica a nivel nacional registrará un crecimiento del orden del 3% en 2017, mientras que en la dinámica económica provincial encontraremos tanto a sectores más beneficiados por el incremento de demanda nacional como a otros mucho más expectantes de las políticas públicas necesarias para contemplar las particularidades de una región fronteriza con muchas asimetrías con los países vecinos.

 

(*) Economista Jefe de la Regional NEA del IERAL- Fundación Mediterránea

 

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