#Tragedia en Brasil: el chofer negó haberse dormido y apuntó al mal estado de la ruta

Lucas Matías Fernández (30), chofer del micro que llevaba al contingente de estudiantes secundarios accidentado el viernes en las afueras de San Luis Gonzaga, estado brasileño de Río Grande do Sul, hecho que le costó la vida a tres jóvenes, dio su versión de lo que sucedió en la carretera BR 285. Negó haberse dormido y apuntó al mal estado de la calzada como el desencadenante de la tragedia.
Asistido por el abogado Heleno Andrade de Matos, contó que trabaja para la firma Río Uruguay hace cinco años y que el 14 de diciembre volvió de un viaje anterior, que descansó más de 24 horas y que luego fue asignado al servicio que terminó en tragedia.
Sobre ese episodio, dijo que con un colega recibieron la orden de llevar a un contingente de egresados desde Misiones a Brasil. Dijo que el jueves pasado, el colectivo salió de Posadas, al mando de su colega, hacia Oberá, donde se completó el pasaje y él tomó entonces el volante para guiar el rodado hacia Santo Tomé, para cruzar el paso fronterizo que une esa ciudad con San Borja, Brasil.
Dijo en cerca del límite entre ambos países, el contingente paró dos horas para cenar. Y que luego retomaron el viaje hacia Camboriú.
Entre Caibaté y San Luis de las Misiones, el colectivo se despistó y cayó a un barranco de unos ocho metros. Fernández contó que por el mal estado de la ruta (habló de muchas ondulaciones de la calzada), condujo el colectivo hacia la izquierda de su carril y que cuando volvió más al centro, perdió el control luego de entrar en contacto con una de las tantas imperfecciones del asfalto.
El chofer contó que la unidad se desbarrancó y que él quedó colgando del cinturón de seguridad. Recordó que luego lo rescataron los pasajeros y que una vez afuera, empezó a asistir a los heridos.
A Fernández el test de alcoholemia le dio negativo. Aclaró que no les dijo a los coordinadores del contingente que estaba cansado, sino que los viajes que solía hacer era muy largos y estaba mucho tiempo fuera de casa.
Según el conductor, al momento del hecho manejaba a una velocidad de entre 75 y 85 kilómetros por hora, dependiendo de las ondulaciones de la ruta y que en ese tramo en particular había mucho traqueteo. Precisó que las ondulaciones no se veían desde lejos.
Cuando le consultaron dónde estaba su compañero al momento del vuelco, dijo que dormía en la cama de atrás. Mencionó que al lado suyo estaban los coordinadores, con los que había conversado acerca del desayuno de la mañana siguiente.
Finalmente, le preguntaron sobre la cantidad de pasajeros. Fernández contestó que la capacidad del micro es de 62 pasajeros y dos choferes y que en el caso del viaje que terminó en tragedia, el control del pasaje era responsabilidad de la agencia. Aseguró no saber dónde iban los pasajeros “excedentes” que había en la unidad.
Fernández fue imputado de homicidio culposo, pero recuperó la libertad. Las pericias hechas hasta el momento avalaron su versión.

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