Caso Kachuk, el juicio: «Ibarra no lo revisó, porque le dio la categoría de borracho»

En su alegato del juicio por el homicidio de Guido Kachuk (17), baleado en un intento de asalto el 22 de febrero de 2011, la fiscal Liliana Picazo fue contundente contra el médico Manuel Ignacio Ibarra, acusado de haber atendido de manera negligente al jovencito en el sector Emergencias del hospital Madariaga de Posadas.
“Ibarra no lo atendió. No lo olió y equivocó el diagnóstico. Para él, el chico era un borracho y así lo dejó”, argumentó la representante del Ministerio Público.
“La exanguinación (hemorragia masiva) de Guido se produjo en el hospital. En ese momento su chance de vida empezó a perderse minuto a minuto”, afirmó.
Recordó que cuando el adolescente llega al hospital, llevado por su padre en apenas unos minutos desde el escenario del atraco (cerca de Lavalle casi Chacabuco), los enfermeros lo intubaron y que cuando el médico emergentólogo de guardia que era Ibarra hizo su aparición, el chico ya estaba controlado de su situación de excitación psicomotriz. “Pero no lo revisó”, reiteró.
“No digo que el doctor Ibarra hizo la muerte de Guido”, aclaró. “Saludo la solidaridad y la amistad de quienes vinieron a favorecer a Ibarra en el juicio. Sin embargo, hubo otros médicos que dijeron que apuntaron a una mala praxis”, señaló.
“No vio la bala porque no lo revisó. Le dio la categoría de borracho. No escuchó a los padres que le decían que el joven no había tomado nada. Por eso, al día siguiente los llamó para pedirle disculpas”, sostuvo.
“Guido peleó por su vida, en el lugar en el que nadie peleó por él. Cuando pudieron hacerlo, era tarde. Entró al quirófano muerto”, dijo sin dudar.
“Ibarra admitió que no sabía qué hacer, en un lugar donde hay médicos por todos lados. En vez de estar arriba de Guido, salió tres veces a hablar con los padres”, remarcó.
“Ibarra no está acá porque se nos ocurrió. Sino para dilucidar si hubo mala praxis”, subrayó la fiscal.
“No solo no fue negligente porque no cumplió con las reglas de buen arte de curar. No lo intubó, lo hizo la enfermera. El interrogatorio lo hizo, pero no creyó lo que le decían los padres. Fue grosero. Al cirujano Gerardo Martínez le llevaron un muerto”, afirmó.
“La sangre se perdió en el hospital. Guido murió por la demora. El paciente aguantó solito, sin nada, porque tenía 17 años. El lugar de salvataje era el hospital y ahí el chico se desangró”, aseveró.
Para Picazo, “Ibarra le quitó las chances de sobrevida. Y eso es un homicidio culposo. Hay que hacerse cargo del chico que murió. La bala tuvo mucho que ver, pero Guido llegó con vida. No lo revisaron bien, lo revisaron mal y cuando llegó al quirófano, era tarde”.
“Una herida de bala fue causa de la muerte y a Guido lo mandan al salón velatorio. Cuando se sabe que había que llamar a la Policía. Ibarra hizo todo mal. Nadie quiere cargar con un muerto encima, por eso el cirujano Martínez no firma el acta de defunción, sino Ibarra”, argumentó.
Finalmente, dijo que “no se entiende que el corporativismo de los médicos para decir que esto no fue grosero. Si esto no es grosero, ¿qué lo es?”.

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