Yerba en crisis: Productores piden urgentes medidas para frenar creciente sobreoferta de hoja verde

Representantes del sector primario pidieron a la Mesa Yerbatera que se adopten mecanismos para elevar la demanda, tanto de materia prima como de producto elaborado y se intervenga para retirar del mercado excedentes de yerba canchada. Se volvió a hablar del Centro de Transacciones, reducción del máximo de contenido de palo, limitación de plantaciones, cupos de cosecha, incentivos a la exportación, promociones para el mercado interno, entre otros puntos.
El sector yerbatero alcanzó este año su tercera gran cosecha consecutiva, mientras que las ventas del producto elaborado registraron una caída, explicada principalmente por una reducción en las exportaciones. Como resultado de ese contexto las asociaciones de productores temen que el año próximo se pronuncie el excedente de materia prima que ya se notó este año y piden medidas urgentes para evitarlo. Según datos del propio Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) la cantidad de yerba canchada almacenada equivale a una cosecha entera. Desde distintas asociaciones coincidieron en calificar como “preocupante” al cuadro actual y aseguran que de no tomarse medidas se podría producir un “estallido social”.
El tema se discutió, por momentos de manera acalorada, en una reunión de la Mesa Yerbatera desarrollada ayer en la sede del ministerio del Agro, en Posadas. Hubo coincidencia en cuanto al diagnóstico, pero algunas de las medidas propuestas generaron disenso, incluso entre representantes del mismo eslabón de la cadena productiva.
Una de las acciones que fue reclamada de manera unánime es la modernización del método usado para medir el contenido de palo en los paquetes y una reducción en el porcentaje máximo de palo permitido en el producto elaborado. Desde hace décadas la manera de determinar el contenido de palo es el mismo: se hace pasar el producto por mallas que permiten el paso de las partículas más pequeñas y las más grandes que quedan sobre la zaranda se consideran palo. En el sector yerbatero todo el mundo sabe que se puede burlar esa prueba triturando los palitos hasta que su tamaño les permita colarse por la malla y de ese modo, a los efectos del control, lo que era palo se convierte en hoja.
Investigaciones financiadas por el INYM demostraron hace ya varios años la viabilidad de métodos de control mucho más fiables basados en análisis químicos sencillos, pero nadie sabe explicar por qué hasta ahora no se aplican y desde las asociaciones de productores no dudan en señalar un supuesto lobby de parte de la industria molinera para evitar que se aplique un control efectivo que reduciría sus ganancias. Los productores exigieron ayer al INYM y al Gobierno provincial, que arbitre los medios necesarios para cambiar el método.
El tema es central para analizar el comportamiento del mercado yerbatero, ya que cuanto más palo se agregue a la mezcla, menos cantidad de hoja verde se necesita para elaborar un kilo de molida. Desde el sector de la producción afirman incluso que si hoy hay sobrestock de yerba es porque no se respeta el contenido máximo de palo. Argumentan que el año pasado se cosecharon 810 millones de kilos de hoja verde y se vendieron más de 280 millones de kilos de molida -entre mercado interno y exportaciones- lo que arroja una relación de 2,89 kilos de hoja verde por kilo de molida, lo marcaría un equilibrio entre oferta y demanda, sin embargo los stocks de canchada no paran de crecer.
Una vez modificado el método de medición, los productores señalan que se podría reducir el contenido máximo de palo para elevar la demanda de hoja verde.
También se propusieron mecanismos para limitar la oferta de materia prima, como la cupificación de cosecha y la limitación de nuevas plantaciones, sin embargo esos puntos generan cuestionamientos por la dificultad que encerraría su aplicación y control y por el hecho de que en muchos casos podrían ir en detrimento de los propios productores.
Vender más
Los integrantes de la Mesa Yerbatera también señalaron la necesidad de actuar en el otro extremo del mercado yerbatero, el de la demanda. Nelson Dalcolmo, de la Asociación Chimiray, consideró que si se consigue elevar el consumo anual per cápita de yerba mate en Argentina de los actuales 6,4 a 7 kilos, todos los problemas estarían resueltos, sin embargo en la mesa reconocieron que eso no sería tarea fácil ya que se trata de un mercado maduro y con muy poco terreno para la expansión. Los productores piden una masiva campaña de promoción para lograr ese objetivo.
Donde sí hay un potencial teóricamente ilimitado es en el mercado externo, sin embargo las exportaciones de yerba mate de la región registraron un fuerte retroceso este año, producto principalmente de la guerra en Siria, principal mercado para la yerba argentina, y de una reducción de la demanda en Chile, donde entraron a competir oferentes brasileños.
Entre otras ideas, se barajó la posibilidad de ganar una cuota del mercado uruguayo, que alguna vez compró yerba argentina pero hoy está dominado por productos de empresas brasileñas, especialmente de la marca Canaria que domina ampliamente esa plaza y supo seducir el paladar de los uruguayos con una yerba de diferente elaboración a las que se hacen en Argentina.

JRC EP

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