Caso Kachuk, el juicio: empieza la recta final y el eje del debate sigue siendo el accionar del médico

Mañana desde las 8.30 empezará la recta final del juicio por el homicidio de Guido Kachuk (17). Será la última semana de testimoniales, tras lo cual los jueces del Tribunal Penal Uno fallarán respecto de la conducta de los imputados Ricardo “Chuchi” Ríos, Maximiliano “Maxi” Acevedo y Manuel Ignacio Ibarra.
Este martes seguirán compareciendo ante los camaristas Eduardo D’Orsaneo, Martín Errecaborde y Ángel Dejesús Cardozo distintos profesionales médicos, con el fin de que se dilucide si Ibarra, acusado de “homicidio culposo”, actuó de manera negligente en la atención de Guido, al que balearon en el abdomen durante un intento de asalto en los primeros minutos del 22 de febrero de 2011, en una parada de micros de Lavalle y Chacabuco, en Posadas.
De lo que se escuchó hasta el momento en el salón de usos múltiples del Palacio de Justicia, donde se lleva el debate oral y público, la situación de los tres imputados aparece comprometida. Testigos que comparecieron ante el Tribunal dijeron que oyeron decir el propio Acevedo admitir que con su amigo Ríos habían intentado asaltar a un joven, pero que en medio del atraco, Ríos le disparó al adolescente. El propio Ríos, en su indagatoria durante la instrucción (en el juicio prefirió no hablar), admitió haber disparado. Dio dos versiones: primero que disparó para asustar al estudiante de 17 años y luego que el revólver calibre 22 Tala se había accionado accidentalmente.
Los investigadores del caso declararon que el revólver apareció en un baño de la casa de Ríos y que luego las pericias confirmaron que era el arma homicida.
Pese a estos indicios que cayeron como un mazazo sobre los dos jóvenes, la atención se centró primordialmente en Ibarra, quien esa madrugada era médico de guardia en el hospital Madariaga. Los profesionales del Cuerpo Médico Forense que analizaron la historia clínica de Guido coincidieron en que se siguieron los pasos que correspondían, pero de muy lenta manera. Deslizaron que se perdió tiempo valioso para que el joven baleado tuviera más chances de sobrevivir. Eso sí, admitieron que la herida que le causó el balazo era muy grave: el proyectil le perforó la arteria ilíaca izquierda, produciendo una hemorragia masiva.
Uno de los facultativos, Carlos Wolheim, habló de “incongruencias” en los horarios asentados en la historia clínica.
¿Actuó con negligencia Ibarra? ¿Hubo mala praxis? ¿Por qué no detectó de inmediato que Kachuk había sido baleado y recién una hora después de su ingreso se estableció que tenía un proyectil en el cuerpo? ¿El joven se hubiera muerto igual si descubrían de entrada que le habían disparado? Todos estos interrogantes se intentan develar en el juicio.
Ha sido una pena que el decano del Cuerpo Médico Forense, Manuel Acosta, no haya podido declarar en el juicio, por su mal estado de salud.
Esta semana será importante cómo se resuelve la testimonial de la anestesista María Cristina Castillo, quien estuvo en el quirófano cuando operaron sin éxito a Kachuk y que no pudo asistir al proceso por los problemas que tuvo con su embarazo. El Tribunal ultima detalles para tomarle testimonial en su residencia.
Para el juicio fueron citados 41 testigos, de los cuales se han desistido de dos y una no fue ubicada. En la séptima audiencia continuarán con los testimonios. A fines de esta semana o a principios de la siguiente, se llevarían adelante los alegatos y los jueces dictarán sentencia,

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