A un año de los atentados en París, Francia homenajea a las víctimas

Un año después de los atentados que causaron 130 muertos en París, Francia homenajeó este domingo a las víctimas con placas conmemorativas que fueron descubiertas por el presidente del país, François Hollande, en todos los escenarios de los ataques: el Stade de France, la sala «Bataclan» y los cafés afectados.

Los actos de conmemoración comenzaron ya en la noche del sábado con un concierto del británico Sting en «Bataclan», con el que volvía a sonar la música en la histórica sala marcando así un nuevo comienzo.

Tal como se había acordado con los familiares de las víctimas, los actos de este domingo fueron muy sobrios, con un minuto de silencio en cada uno de los lugares atacados y sin discursos de los políticos presentes como Hollande, muchos de los miembros de su gabinete y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

Las ceremonias conmemorativas tuvieron lugar en todos los lugares donde actuaron los extremistas: en los restaurantes y bares «Carillon», «Petit Cambodge», «Bonne Biere», «Comptoir Voltaire» y «Belle Equipe», en el Stade de France y en la sala de conciertos «Bataclan».

El hijo de una de las víctimas hizo un llamamiento a la tolerancia en el Stade de France y a no doblegarse ante el miedo. «Todos tenemos que avanzar en total libertad» pese a todo, «siendo conscientes de los riesgos sin jamás ceder ante aquellos que nos quieren aterrorizar», subrayó.

En la noche del 13 de noviembre de 2015, varios terroristas que llevaban chalecos explosivos y armas realizaron una serie de atentados en la capital gala, contra los cafés, en el estadio de fútbol -donde esa noche Francia jugaba contra Alemania- y contra la sala de conciertos. Los atentados fueron reivindicados por la milicia del Estado Islámico (EI).

Varios de los agresores murieron esa noche, tres de ellos abatidos por la policía durante la toma de rehenes en el «Bataclan». El presunto cerebro de los islamistas, Abdelhamid Abaaoud, murió junto con otro sospechoso en una operación policial en el barrio periférico de Saint-Denis el 18 de noviembre.

Desde entonces Francia ha sido además objetivo de otros atentados y el país se enfrenta a un arduo debate sobre su identidad cultural y la integración de las minorías como los musulmanes. La mayoría de los agresores eran franceses que se habían radicalizado.

El primer ministro galo, Manuel Valls, alertó del peligro de nuevos ataques. En una entrevista con la emisora británica BBC indicó que el estado de excepción que rige hasta finales de enero de 2017 seguramente será ampliado. «Tenemos que proteger también nuestra democracia», declaró en alusión a la elección de un nuevo presidente en abril del año que viene.

La reapertura del club «Bataclan» también fue un símbolo. «Este regreso de la vida al ‘Bataclan’ es la victoria de la juventud y de los ideales humanistas sobre el terrorismo y la división», aseguró la ministra de Cultura, Audrey Azoulay.

La sala fue renovada por completo en los últimos meses para borrar las huellas de la masacre. Los terroristas tomaron allí a los espectadores como rehenes durante un show de la banda de rock estadounidense Eagles of Death Metal y mataron a 90 personas.

Según los administradores del club, se ha prohibido la entrada a dos miembros de la banda, entre ellos su líder, el cantante Jesse Hughes. «Vinieron y los eché. Hay cosas que no se perdonan», declaró a los medios Jules Frutos.

El motivo es que Hughes había expresado sospechas contra el personal de seguridad del «Bataclan» en una entrevista en marzo con un canal de televisión estadounidense. El manager de la banda negó las declaraciones de Frutos a la revista estadounidense «Billboard» y dijo que Hughes nunca intentó entrar en la sala de conciertos.

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