El FMI proyecta que el PBI argentino crecerá 2,7% en 2017 y este año caerá 1,8

La actividad económica subirá 2,7% en 2017 tras caer este año 1,8%, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en base al relevamiento de las cuentas argentinas realizado en septiembre pasado a través del Artículo IV, lo que constituyó la primer revisión de los números del país en diez años de parte del organismo multilateral.

El documento reconoce que «al entrar en funciones en diciembre del año pasado, el nuevo gobierno argentino se vio enfrentado a desequilibrios macroeconómicos generalizados, distorsiones microeconómicas y un marco institucional debilitado» y que «ante esta difícil situación, las autoridades pusieron en marcha una transición ambiciosa y muy necesaria hacia un marco de política económica mejor. El avance ya logrado en 2016 es importante».

A renglón seguido señalaron que esas «necesarias» correcciones tuvieron «inevitablemente un impacto a corto plazo desfavorable para la economía argentina», aunque reconocieron que «la recesión actual comenzó incluso antes de que entrara en funciones el nuevo gobierno, y la opción de mantener el insostenible marco de políticas instaurado por el gobierno anterior resultaba sencillamente imposible».

Según las previsiones, en 2017 la economía repuntará de una recesión de -1,8% a un crecimiento de 2,7%; la inflación del corriente año cerraría en 39,5% y en 2017 en 20,5%; mientras que el consumo retrocedería en 2016 un 1,8% y el período próximo crecería alrededor de 2,3%.

«Contra este telón de fondo, la consulta del Artículo IV se centró en la mejor manera de restablecer un crecimiento sostenido y equitativo, impulsar la creación de empleos y proteger a los pobres de los costos del restablecimiento de la estabilidad macroeconómica», sostuvo el documento dado a conocer por el FMI.

«El gobierno ha dejado en claro el compromiso de reducir la inflación a niveles de un solo dígito para el año 2019, y ha mantenido tasas de interés reales generalmente constantes en terreno positivo; al mismo tiempo, ha recortado la tasa de política monetaria desde la primavera (septentrional) de este año a medida que los indicadores anticipados de inflación comenzaron a disminuir», agregó el organismo multilateral.

Desde 2006, cuando el gobierno de Néstor Kirchner comenzó a manipular las estadísticas oficiales, las misiones del FMI dejaron de monitorear las cuentas del país y esta situación llevó a la moción de censura instrumentada en 2011, que decidió levantar ayer tras las correcciones llevadas adelante por el Indec en la medición de la inflación y el PBI, entre otras variables.

El organismo reconoció que a pesar de “las enérgicas medidas adoptadas y los profundos cambios que se están produciendo en la economía argentina, las perspectivas están rodeadas de una incertidumbre mayor que la normal”.

El FMI ponderó también que #durante los últimos meses, las reformas estructurales han avanzado en el ámbito de la gobernabilidad, la lucha contra la corrupción, las políticas de competencia y la infraestructura del mercado financiero”.

Sin embargo, “persisten cuellos de botella del lado de la oferta que podrían impedir un repunte más rápido de la inversión privada y la productividad”.

El directorio del FMI enfatizó que continuar recortando el déficit fiscal “constituye una importante prioridad”, aunque recomendó «tener en cuenta el impacto en el crecimiento, el empleo y los segmentos más vulnerables de la población”.

En ese contexto, consideraron “apropiada” la reducción paulatina del déficit fiscal contemplada por el Gobierno que llegará al 4,8% del PBI el año próximo, para cerrar con una pérdida del 0,5% en el 2019.

Sin embargo “algunos directores (del FMI) opinaron que el ritmo de reducción del déficit podría acelerarse si la actividad económica es más vigorosa de lo esperado, entre otras cosas para facilitar el retroceso de la inflación”.

Para lograr una más rápida reducción del déficit, el FMI aconsejó “la adopción de un plan simple y transparente de política fiscal a mediano plazo; la racionalización del gasto público, incluido el gasto salarial; la eliminación de subsidios energéticos mal focalizados y distorsivos; y el restablecimiento de la sostenibilidad financiera del sistema previsional”.

El FMI también dejó constancia sobre “la necesidad de infundir progresividad al sistema impositivo” y una mayor claridad en las cuentas de las provincias.

El organismo, con el que Argentina no tiene créditos pendientes desde que pagó su deuda, casi u$s 10.000 millones, a fines de 2005, coincidió con los funcionarios del Gobierno “en términos generales, en que el ritmo de reducción de la inflación debe tener en cuenta los costos económicos y el impacto distributivo”, y “elogiaron los esfuerzos de las autoridades por recortar la inflación a un solo dígito” en 2018.

También “los directores aplaudieron los recientes avances de la lucha contra la corrupción, la reducción de la participación del gobierno en las industrias privadas y la creación de un mejor marco de gobernabilidad”.

En la víspera, el FMI había levantado la “Moción de Censura” que pesaba sobre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) por la manipulación de las cifras.
Por último, el FMI subrayó que en Argentina “se está reconstruyendo la institución encargada de las estadísticas nacionales, lo cual permite la publicación de datos mejorados y fidedignos”.

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