Agárrate Catalina desató una mordaz crítica social en Posadas

Una función diferente, original y única es la que ofreció “la Catalina”. Si bien ya había venido a Misiones en varias ocasiones, esta es la primera vez que llegan con una obra que no fue armada para el carnaval. Un auditorio colmado los aplaudió de píe.

 

https://www.youtube.com/watch?v=c9UFm-2VuBE

Luego de haber sido rechazados por la organización del Carnaval, se decidieron a dejar salir a “Julio” este personaje atípico y lleno de locura, que crítica la “locura consumista” de la sociedad.

Los murgueros uruguayos hicieron fiesta en la lluviosa noche del martes misionero. “Un día de Julio” el cuento que fusiona la fantasía, el rock, el humor y la murga hizo reír al público misionero que colmó el auditórium del Montoya.

 

Desde las 20,30 horas las puertas dejaron entrar al mundo fantástico de Julio un hombre que vivió encerrado toda su vida y aun así quiere solucionar los problemas de la gente.

Bajo una llovizna artera los misioneros hicieron fila para entrar al teatro. Abrazados y lo más cerca de la pared fueron acomodándose hasta entrar a la sala.

 

Pasadas las 21,20 horas las palmas llamaron a la murga, sorprendentemente una pantalla nos llevó a Uruguay, donde periodistas contaban sobre un gran incendio en la casa de Julio y su madre. Luego entraron los murgueros que con canciones nos llevaron al corazón de la historia de Julio.

Este personaje es un un hombre que vivió encerrado y con su visión de las cosas quiere cambiar el mundo exterior. Su madre le criticaba que con sus 48 años era un utopista que pretendía ir en contra del mundo globalizado.

 

Julio es como un genio, es como superdotado e infradotado al mismo tiempo, tiene cero campo empírico, todo teoría. Y sus teorías son completamente locas. Parten de un personaje al que le dan un desarrollo de loco pero como una manera de demostrar que la que está loca es la sociedad, porque todas sus teorías son completamente lógicas.

 

El quiere ser un reciclador de todas las cosas para que la gente deje de consumir. Intenta reparar todas las cosas de los vecinos, que lo consideran como una gran persona.

 

Como había anticipado Yamandú Cardozo la obra tenía todo lo tradicional de la Murga, pero también con el experimento, como vincular al rock dentro del espectáculo de la murga. Y también con la utilización de escenas musicales y nada más. Un espectáculo muy murguero.

 

Canciones, disfraces, alegría, música, baile y mucho humor hicieron reír por casi dos horas a los asistentes. Los artistas criticaron hasta a los vestuaristas, por lo complejo de los trajes y la incomodidad de usarlos en el calor misionero.

 

Julio puso en contraste el consumismo que nos imponen las mass media y como nos interesa más aparentar que disfrutar. Sus críticas pueden parecer infundías pero la risa del publico deja entrever que más allá del humor comprenden las interpelaciones del personaje.

 

Ya lo había dicho Yamandú en la previa, “los artistas debemos plantear las preguntas en el escenario, no responderlas”. Y bien que lo hicieron

 

Desde una visión teórica acerca de cómo funciona el mundo Agárrate Catalina juega a preguntarnos acerca de cómo somos, como individuos, como sociedad, como comunidad. Ver que de esas actitudes que tenemos son “normales” y que son “anormales”.

 

Una obra llena de humanidad, hilarante por momentos, pero no por eso menos filosóficamente alegre.

 

Teorías acerca del consumo, del uso de los nombres, de los estereotipos que tenemos hacia los otros. Cosas cotidianas mostradas desde otro lado.

 

Una función con varias personalidades que pasaron por la pantalla, desde Emiliano de No Te Va Gustar, hasta León Gieco hablando del loco Julio, hasta actores y personalidades de la TV rioplatense.

 

El inició y el cierre fue a puro fuego, un incendio causado por la intolerancia de las personas, hacia el diferente. La otredad que representa Jullio fue la causa de su grandeza y luego de su ocaso, la sociedad no soporta a los diferentes, es un miedo subjetivo que los moviliza para “protegerse” del peligro de ese otro.

 

Entre las cenizas de esa desgracia, Julio encontró algo que lo obligo a salir de su casa, una liberación que nació de las cenizas de su casa. Y como la flama de esa llama la Catalina se retiró del escenario, no bajando el telón sino saliendo por las escaleras entre el público para terminar bailando en el looby del auditórium extendiendo lo más posible esta fiesta en Posadas.

Afuera del Montoya esperaba la lluvia, que no va a aplacar la sonrisa que generó en cada uno de los asistentes esta singular presentación de los murgueros uruguayos.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas